Asgardia, el primer país extraterrestre
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Con más de 160 mil de “habitantes”, el proyecto de la estación espacial Asgardia, de la mano del ingeniero y multimillonario Igor Ashurbeyli, el Gobierno asgardiano será elegido democráticamente en una votación que tendrá lugar en marzo de 2018
Mucho se habla de una futura colonia de seres humanos en Marte, algo por lo que lucha el proyecto “Mars One”. Sin embargo, parece que el ruso Igor Ashurbeyli, un ingeniero multimillonario, puede adelantarse en la carrera por habitar el espacio exterior… ¡Construyendo una nueva nación!
De momento, el proyecto no pretende una colonización física, sino figurada, pero sus metas son claras: “el objetivo final es crear una plataforma legal para asegurar la protección del planeta Tierra y proporcionar acceso a las tecnologías espaciales para quienes no disponen de ellas en este momento”, explicó Ashurbeyli durante la presentación del Asgardia en París.
PANTEÓN NÓRDICO CONVERTIDO EN NACIÓN ESPACIAL
Asgard era el nombre de la ciudad que habitaban los dioses nórdicos según la mitología… Y Ashurbeyli quiso convertirlo en una realidad en octubre de 2016, cuando fundó Asgardia, el primer país independiente del mundo situado en el espacio, y lo presentó en París como “un proyecto global, unificador y humanitario”.
La nación contará con bandera, himno y embajadas propias, que todos los interesados en convertirse en habitantes pueden proponer hasta el 20 de enero de 2017; así como con un calendario especial que añadirá un nuevo mes a los doce ya existentes, llamado Asgard.
De hecho, Asgardia ya dispone de una criptomoneda (moneda digital, similar a los “bitcoins”) registrada bajo el nombre de “Solar” (SLR) en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea.
Además, el Gobierno asgardiano será elegido democráticamente en una votación que tendrá lugar en marzo de 2018, según un comunicado que asegura que “cualquier persona que tenga 18 años o más y haya aceptado la constitución de Asgardia, será automáticamente asignada a un distrito electoral que represente su idioma hablado”.
Y esa aceptación de la Constitución, para poder conseguir la “nacionalidad asgardiana” es completamente gratis: más de medio millón de personas, la mayoría procedentes de China, ya lo han solicitado en la web y, de momento, han sido aceptados 162 mil 844.
De este modo, Asgardia ya tiene más “habitantes” que países como Liechtenstein, Andorra, San Vicente y las Granadinas, Kiribati, Ciudad del Vaticano o Las Seychelles, entre otros.
“Asgardia será una nación espacial con una entidad transétnica, transreligiosa, transnacional, ética y pacífica”, dijo durante una conferencia de prensa en junio de 2017 el director del Instituto de Derecho Aeronáutico y Espacial de la Universidad McGill (Canadá), Ram Jakhu, experto legal del proyecto.
PRIMERA PIEDRA DE LOS CIMIENTOS ESTELARES
Los fundadores de Asgardia pusieron la primera piedra en forma de un nanosatélite del tamaño de una barra de pan, el Asgardia-1. Los cimientos de la primera nación espacial se asentaban así el 12 de noviembre.
Además, a los primeros 100 mil habitantes asgardianos les ofrecieron 100 kb (lo que ocupa más o menos una foto) de espacio para almacenar en el satélite que, según el medio Bussines Insider, tiene un disco duro de 512 Gb, con la Constitución del país y sus símbolos.
Estos datos perdurarán pese a que el Asgardia-1 vaya cayendo hacia la tierra lentamente hasta quemarse en la atmósfera terrestre en un plazo aproximado de cinco años, porque se irán transfiriendo a los posteriores satélites asgardianos.
“Tal vez quieras incluir la foto de tu gatito, o de tu vecino, de tu madre o de un niño... Lo que te venga a la mente. Y permanecerá mientras Asgardia exista. En otras palabras: para siempre”, dijo Ashurbeyli en la misma rueda de prensa que Jakhu.
Los asgardianos han contribuido con poemas, canciones, cartas personales, y todo tipo de imágenes y fotografías, incluyendo una del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, estrechando la mano del primer ministro de la India, Narendra Modi.
AGUJERO NEGRO DE LA LEGALIDAD
El mínimo de habitantes que se requiere para que un territorio pueda solicitar la condición de estado reconocida por la ONU es de 100 mil, una cifra que Asgardia ya ha superado. Según comentó Jakhu al medio Space.com, “Asgardia cumpliría tres de los cuatro requisitos que se exigen a una nación para poder ser reconocida como Estado”.
Dichos requisitos son, además del número de habitantes, la existencia de un Gobierno (que en este caso será elegido próximamente, y la pertenencia de un territorio (de momento, el satélite Asgard-1). El cuarto es el propio reconocimiento por parte de la ONU.
Sin embargo, el experto en leyes espaciales, Frans von der Dunk, de la Universidad de Nebraska, declaró al medio Bussines Insider que, “legalmente hablando, esto es mucho ruido y pocas nueces”. Y es que, según el docente, “el concepto de territorio está claramente definido en el derecho internacional y no incluye el territorio artificial, como es el caso de los satélites”.
Desde la web del proyecto Asgardia alegan que “es de vital importancia que el derecho espacial no se convierta en una ley de la selva porque, hoy por hoy, muchos de los problemas relacionados con este derecho se encuentran sin resolver”.
No obstante, Jakhu cree que “la nación de Asgardia hará cosas buenas por la Tierra, por protegerla, y se centrará exclusivamente en propósitos pacíficos y en permitir acceder al desarrollo a países que ahora mismo no tienen ese acceso al espacio. El reconocimiento no debería ser un problema”.
Muchas son las críticas que recibe este proyecto que, según desveló un portavoz en 2016 a Bussines Insider, se sustenta gracias a que Ashurbeyli ha aportado una importante suma de dinero a través de su compañía, Aerospace International Research Center.
Para todos esos detractores, Jakhu tiene una respuesta que dejó clara en el mismo medio: “cuando alguien intenta hacer algo listo para su uso, siempre es ridiculizado al principio”, y añadió que “Todo lo que es sorprendente comienza como una idea loca. Después, tras un tiempo, la ciencia ficción se convierte en un hecho científico, y esta (Asgardia) es una idea que acaba de empezar”, concluyó.