Aunque el frío cale hasta los huesos, familias saltillenses no se van de tejabanes por miedo a robos

Saltillo
/ 28 enero 2016

Familias de la periferia temen perder sus pertenencias si se van a los albergues

La casita de Fernando Espinoza está prácticamente en un cerro, vive en la colonia El Tanquecito, pero el frío allá golpea de una manera despiadada; “los de abajo no sufren tanto”, dice. Y es que a él le tocó vivir en una loma, donde el viento sopla más fuerte y la humedad llega para no irse.

¿Qué por qué no se va a un albergue?, la respuesta es por el miedo a perder lo poquito que tiene, pues dice que siempre hay muchachos malos que nada más andan viendo a quien poder robarle.

Dice que a ese lugar nunca ha llegado ayuda, que están olvidados, él sus hijos, sus cuñadas y todos los que viven ahí.

Para llegar a la casa de Fernando se tiene que subir un cerro, es difícil, aunque él y su familia ya están acostumbrados, adentro de su pequeña vivienda sólo hay una cama con dos cobijas, un ropero viejo y algunas cosas como juguetes, pero aun así temen que eso poco que tienen, desaparezca si se van a un albergue.

Fernando no tiene un trabajo fijo pues labora en “la obra”, y como ha hecho frío la gente no contrata albañiles, así que vive esperando que algo salga.

“Nosotros preferimos quedarnos aquí aunque nos dé frío, porque luego que tal que regresamos y ya no tenemos nada, es que siempre andan muchachos malos que nada más andan viendo qué se llevan y por eso mejor aquí andamos; lo que pedimos es que mejor nos manden ayuda, aunque sea una despensa”.

Así como Fernando y su familia hay muchas personas que viven en las zonas marginadas en casas de lámina y cartón, que no van a los albergues por miedo a perder sus escasas pertenencias.

ALBERGUES CASI VACÍOS
Indigentes y habitantes de la periferia se mostraron renuentes a refugiarse en los albergues, dijo Miguel Ángel Beltrán, director de Protección Civil del Municipio. Sólo se registraron 12 personas en el albergue de la Cruz Roja, de las cuales por la tarde sólo permanecieron seis, aunque la caída de aguanieve continuaba en la ciudad.

El funcionario señaló que también se habilitó el albergue de El Necesitado, que se ubica en la zona centro, aunque permaneció vacío.

Dijo que los indigentes no acceden a ser ayudados y que prefieren quedarse en la calle para no perder el sitio donde se ubican, o simplemente porque no desean ser apoyados.

En estos albergues se les brinda un techo, comida, ropa limpia y la posibilidad de bañarse y tener un lugar para dormir ante la inclemencia del clima.

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