Barrett .50
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“Hace más de 30 años, Ronnie Barrett fabricó lo que nadie pensó posible: un rifle calibre 50 tan innovador que el Ejército de Estado Unidos lo alabó. Cada milímetro del Modelo 82 fue un resultado directo de la pasión de Ronnie por la mejor arma de fuego”.
Así es, el señor Barrett es considerado una leyenda en el mundo del armamento y la introducción en la página de internet de su empresa, Barrett Firearms Company, describe sus armas y logros en un tono casi poético con frases como: “Una cosa es fabricar armas y otra es vivirlas y respirarlas”. “El Modelo 82A1 ha sido probado en combate en todo tipo de situaciones, desde montañas nevadas hasta desiertos desolados y todo aquello entre estos dos extremos. Más que un rifle, el Modelo 82 es un verdadero ícono americano”.
En 2016, un helicóptero de la Procuraduría de Justicia de Michoacán fue derribado por uno de estos rifles, disparado por sicarios de la banda de los Templarios. Apenas hace un par de semanas hubo un episodio violento poco comentado en la carretera Monterrey-Laredo, donde elementos de las fuerzas armadas enfrentaron a un convoy armado. Al final de la batalla, de la cuál es difícil conocer saldos, causas y recuentos oficiales y verdaderos, se informó que se había decomisado armamento que incluía al menos un rifle Barrett calibre 50. De acuerdo con información oficial, en 2017 la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) compró directo a Barrett 170 de estos rifles a un precio unitario cercano a los 15 mil dólares. De acuerdo con fuentes oficiales, es también uno de los rifles más decomisados en México. Al mismo tiempo, se habla que la Sedena reconoce un déficit de más de 300 de estos rifles para sus operaciones de patrullaje y por ello quiere empezar a fabricar su propia versión del mismo en México. Lo que parece claro es que son los malos de la película quienes no cuentan con escasez de armamento y es verdaderamente trágico que, entre tantos temas de la agenda México-Estados Unidos, el control a las ventas de armamento de ese país no parece ser muy relevante.
Sabemos que el aparato gubernamental de Estados Unidos, empezando desde su presidente, son una gigantesca agencia de vendedores del “Made in the USA”, especialmente armamento. Sus negociaciones comerciales y políticas siempre incluyen lo que parece ser un muy casual quid pro quo relacionado a armas. Por eso Donald Trump baila con los jeques árabes y evita sanciones a ese país antidemocrático en manos de criminales. Cada reunión de alto perfil entre el gobierno americano y otros países, incluye un paquete de contratos para comprar desde aviones hasta rifles y municiones como el Modelo 82 de Barrett.
Los vecinos del norte se escandalizan con la violencia en México, emiten alertas para turistas, se quejan del tráfico de drogas y el lavado de dinero, pero saben que ellos mismos alimentan la maquinaria criminal con controles laxos en investigación y ataque frontal a grupos criminales, en el control de flujos de dólares y de armamentos orgullosamente “Made in the USA” que viajan al sur y que ningún muro fronterizo detendrá. La típica hipocresía oficialista americana ha alcanzado niveles insospechados. Ese gobierno, supuestamente conservador y que se dice defensor férreo de la vida (Pro life), empuja abiertamente la fabricación y distribución descontrolada de armamento que siembra muertes en México y otros países.
Muchas prioridades y urgencias tiene el gobierno de la 4T, pero este tema de la violencia y sus causas así como sus patrocinadores deberían pasar mucho más arriba en la agenda nacional. De nada sirve tener al Ejército en las calles si los maleantes están mejor armados que los soldados. Armados directa o indirectamente por empresas americanas que operan con el total apoyo del tío Sam.
@josedenigris
josedenigris@yahoo.com