Caída de 'El Chapo' despertó lucha entre los cárteles de Jalisco y de Sinaloa por el fentanilo

Nacional
/ 30 julio 2019

Un documento obtenido en exclusiva por Univision Investiga muestra que, mientras el cartel de Sinaloa disputaba su control interno luego de la detención y extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el Cártel de Jalisco Nueva Generación amplió su territorio de disputas y la exportación de fentanilo hacia Estados Unidos

Ciudad de México.– La extradición y juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán en Estados Unidos generó cambios al interior del Cártel de Sinaloa que dispararon la disputa por los territorios controlados por el narco en México y encumbraron al Cártel de Jalisco Nueva Generación como uno de los dos más poderosos del país, según documentos y testimonios obtenidos por Univision Investiga.

Un mapa de disputa de territorios, cuya copia obtuvo Univision en exclusiva, muestra cómo tras la recaptura de Guzmán en 2016, los organismos de inteligencia del gobierno mexicano detectaron una multiplicación de las disputas entre organizaciones criminales. Solo en 2019, estos han provocado más de 17 mil asesinatos.

El documento fue entregado a finales de 2018 por el Gobierno de Enrique Peña Nieto a sus sucesores en la administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador, dijeron fuentes gubernamentales.

“Este mapa es el que se manejaba en lo que en su momento fue el gabinete de seguridad”, dijo en entrevista Renato Sales, último Comisionado Nacional de Seguridad de Peña Nieto, al ver el documento obtenido por Univision.

Al final de la administración peñista, de acuerdo con el documento, las autoridades mexicanas monitoreaban al menos 25 conflictos simultáneos, que ocurrían en todo su territorio entre 23 organizaciones menores, además de los grupos de Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, conocido oficialmente en México como “del Pacífico”.

“Hay una multiplicación de grupos, pero los grupos prevalecientes, los más importantes son estos grupos: El Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Pacífico”, añadió Sales.

El mapa, dijo otra fuente que solicitó no ser identificada, se alimentaba con información de datos abiertos, como las hemerotecas y reportes de inteligencia, policía y cuerpos militares.

Es visible que los grupos conocidos como Jalisco Nueva Generación, Sinaloa y Los Zetas participaban en la mayor cantidad de conflictos, unas veces entre sí y otras contra organizaciones menores que tenían control de territorios donde se han disparado los índices de violencia, como Acapulco, Ciudad Juárez y Guanajuato.

En el caso de las disputas de Los Zetas, se observan conflictos por el control de municipios de los estados de Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila, principalmente.

UNA ORGANIZACIÓN EN CRECIMIENTO 

En 74 municipios de la frontera norte, el Pacífico y la zona del Bajío mexicano había a finales de 2018 conflictos en los que participaba Jalisco Nueva Generación, según el mapa obtenido para esta historia.

De acuerdo con Sales, a principios de la década este grupo tenía un control mucho más concentrado en el estado de Jalisco y su expansión reciente no se explicaría sin el reordenamiento que vivió Sinaloa con Guzmán detenido.

Además, tuvo un gran peso, dijo, la irrupción en el mercado del fentanilo, una droga que provocó más de 60 mil muertes por sobredosis en Estados Unidos entre 2015 y 2017, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

“Quien aprovecha esa ventana de oportunidad que implica la fragmentación de ese grupo (Sinaloa) es el cártel Jalisco Nueva Generación, aprovechando particularmente su posibilidad de controlar el estado de Colima y especialmente el puerto de Manzanillo”, dijo Sales.

Ese puerto es el segundo en importancia en el Pacífico mexicano y por donde ingresa al país la mayor cantidad de fentanilo, de acuerdo con varias fuentes consultadas para esta historia y un reporte de la organización Insight Crime y The Wilson Center, publicado en febrero de 2019.

A partir del estudio de varios casos, este reporte concluyó que las redes de producción de fentanilo en México “pueden ser pequeñas, subconjuntos de organizaciones criminales más grandes”. El mismo reporte encontró que “estos pequeños subconjuntos, que operan en laboratorios relativamente pequeños, pueden alimentar a grandes mercados”.

“El fentanilo para los grupos representa una alta rentabilidad. En el mercado negro, una caja de zapatos con fentanilo, cruzando la frontera, se valúa en más de medio millón de dólares”, afirmó Sales.

En los últimos dos años, las autoridades mexicanas han intervenido laboratorios de producción de pastillas con fentanilo en los estados de Baja California, Nuevo León y Sinaloa.

Para el ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Guillermo Valdés, este nuevo mercado representa la más reciente evolución de las organizaciones de narcotráfico mexicanas después de la era de gran tráfico de marihuana, cocaína y heroína, que fue ampliamente expuesta en los últimos meses en los testimonios durante el juicio contra Joaquín Guzmán.

“En México están cambiando y están evolucionando las organizaciones, a partir del cambio de la demanda”, dijo.

Esto ha traído nuevos conflictos en zonas serranas de México donde tradicionalmente se producía goma de opio para fabricar heroína, que ahora ha perdido presencia en el mercado a partir de la incursión de varios grupos en el tráfico de fentanilo, proveniente fundamentalmente de China.

El fentanilo es un opioide sintético que se hace en laboratorios formales y caseros. Llega a México, según Sales, principalmente de China, por los puertos de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y Colima. Se recibe tanto en ampolletas ya terminadas, como sus precursores químicos, que son ya elaborados en varios estados de México, antes de trasladarse a Estados Unidos.

Para el ex Comisionado, mientras el cartel de Sinaloa disputaba su control interno entre Dámaso López, alias El Licenciado, los hijos de Joaquín Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, los “contrarios” aprovecharon a introducir grandes cantidades de fentanilo en territorio estadounidense, que ni las máquinas detectoras, ni los perros mexicanos que trabajan con la policía estaban entrenados para detectar.

“En 2018 nosotros vimos lo que representa este tema del fentanilo y empezamos a comentarlo con los secretarios estatales (de seguridad) para que vieran de qué se trataba el fentanilo. Es muy difícil de detectar y basta una pequeña ampolleta para satisfacer la dosis de muchísima gente”, dijo Sales.

En los últimos meses, agregó el criminólogo Alfredo Ornelas, Sinaloa ha retomado fuerza y esto ha sido también causante de un repunte en la violencia durante el primer semestre de este año.

“El cártel sigue operando casi en su totalidad. Su estructura operativa no ha cambiado, está casi intacto”, dijo.

El mapa que recibió el actual gobierno mexicano ya mencionaba la existencia de nuevos grupos que ubican como responsables de una violencia creciente en el último año, como Santa Rosa de Lima, en Guanajuato, a quien se atribuye la autoría de amenazas de muerte recientes contra el actual presidente mexicano.

Otras fuentes consultadas para esta historia dijeron que el crecimiento de Jalisco Nueva Generación no se entendería también sin una red de corrupción con autoridades de distintos niveles, que aún no ha sido suficientemente investigada.

Para Ornelas, criminólogo y ex director de varias prisiones mexicanas, aún existe un reacomodo en el mapa criminal del país.

“¿Qué va a pasar con el cártel Jalisco Nueva Generación? No hay visos, no hay señales. No queda claro si ahora van por ese cártel, es lo que estamos esperando ver”, dijo.

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