‘Camino a Marte’, escapar de la realidad

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/ 1 diciembre 2017

Con una propuesta interesante, esta cinta mexicana trata de mezclar varios géneros en una complicada acrobacia que resulta entretenida

Calificación: 7 de diez 

El cine mexicano en la actualidad está repleto de comedias románticas. Es un género que predomina de forma muy notable en los últimos años. Propuestas que rompan con este molde son pocas, en lo que al cine comercial se refiere, es decir, aquel que tiene una distribución masiva a nivel nacional y nombres de reconocidos actores en su elenco. “Camino a Marte” al menos intenta ver otros ángulos. No es una comedia romántica y hasta resulta un tanto complicado encasillarla en un género. Tiene tintes de ciencia ficción, drama, “road movie” y, claro, comedia. Es un experimento interesante, pero tampoco quiere arriesgarse demasiado. El empaque en que se nos entrega esta historia es bastante limpio y cuidadoso, si bien se nota que la idea era hacer una propuesta osada, más allá de los convencionalismos que una trama de este tipo supondría. El resultado final llega a ser bastante entretenido, aunque daba para mucho más.

La historia cuenta sobre un viaje que hacen las amigas Emilia (Tessa Ia) y Violeta (Camila Sodi) por las carreteras de Baja California Sur, en un tiempo en el que un enorme huracán se acerca poco a poco, amenazando con causar una destrucción sin precedentes. La primera tiene una enfermedad terminal, así que, cansada de todo el tratamiento, decide pedirle ayuda a su mejor amiga para ir a ver su playa favorita, sin importarle ya las consecuencias de su atrofiada salud. En su camino se encuentran a un tipo con un casco de motocicleta (Luis Gerardo Méndez), que parece tener problemas mentales. El hombre termina por acompañarlas en su viaje, pero asegura ser un extraterrestre que vino a la Tierra a acabar con la vida como la conocemos, ya que somos seres egoístas y malvados ante los ojos de su supuesta especie.

La primicia es interesante y quizá desde otro ángulo, bajo otra dirección, esta misma historia podría ser una obra sobresaliente y conmovedora. “Camino a Marte” no lo es, aunque no carezca de méritos, sobre todo por el intento de ser diferente. El asunto aquí es que todo lo que vemos es demasiado cuidadoso, pisa paso por paso, sin querer tropezarse mucho, para no dejar de ser un drama sobre la amistad. Las dos amigas son muy amigas y solidificarán su relación luego de una serie de eventos conflictivos, donde al final todo se resolverá de forma adecuada. La trama de esta película cuida mucho eso: ser adecuada. Sabemos hacia dónde va y lo que nos quiere decir. En este sentido, se podría decir que tiene pocas sorpresas, lo cual se hecha de menos, ya que la cinta apunta hacia otros horizontes, pero no termina por alcanzarlos.

Eso sí, una de sus grandes cualidades es no mostrar sus cartas de forma tan obvia, ni querer moralizar de principio a fin. Si bien podemos imaginar cómo terminará, cuenta su historia de una forma que atrapa y que parece evadir nuestras expectativas, aunque ellas estén presentes todo el tiempo. El problema es más bien de forma, ciertos usos de música, alguno que otro diálogo y todos esos pequeños detalles que nos hacen volver a la palabra antes mencionada: adecuada. Entregar una cinta que no escape demasiado a un paquete hecho con cierta “normalidad”, entre tantas mezclas de géneros y cosas que podrían salirse de lo común. Es casi como si en unas partes quisieran decirle al espectador cómo debe sentirse, en lugar de dejar que la historia lo haga por su cuenta.

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El aspecto “sobrenatural” está en el personaje de Luis Gerardo y el huracán que se acerca, del que se nos muestra una cuenta regresiva cada cierto tiempo. El actor entrega un papel extraño y su actuación es un poco rara. Se supone que o es un loco o un extraterrestre, nunca se esclarece este asunto, que es el misterio principal de la cinta. El mayor problema son los diálogos, cuando el personaje habla en términos “científicos” o “filosóficos”, cuesta trabajo creerle. Ahora bien, esto puede ser a propósito, dado que nunca conocemos su verdadera naturaleza y podría tratarse de un farsante, pero creo que es más un problema. Sus sentencias deberían sonar mucho más creíbles, para hacer tambalear al espectador, que piense que de verdad se trata de un alien y no de un estudiante pretencioso de Filosofía y Letras.

Este personaje también da pie a otro de los puntos obvios de la historia: cómo aprende sobre la humanidad y sus bondades gracias a estas dos amigas. Al final, creo que esto deja de ser tan molesto gracias a la narración tipo “road movie”, una serie de eventos que se desarrollan en el camino, con ciertas aventuras o acontecimientos. Es en la acción donde mejor funciona esta cinta, donde hace que nos interesemos en sus personajes, aunque conozcamos el final del viaje. Y a todo esto, ¿de verdad conocemos el final? Aquí entra el elemento del huracán. ¿De verdad se acabará la vida como la conocemos? ¿Se destruirán las playas de Baja California con todo y los protagonistas? Este contexto también le da mucho movimiento y la hace más interesante. Los personajes están avanzando contrarreloj ante una amenaza que no pueden vencer.

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Esta cinta no sólo tiene que balancear sus diversas tonalidades, y ese aspecto lo sortea muy bien, sino también manejar el balance entre ser una cinta diferente y extraña y un drama convencional. Si bien no se siente muy a gusto en el disfraz de la primera, tampoco encuentra total satisfacción siendo la segunda. Porque una historia como esta requería olvidarse de cualquier fórmula y entregarse a un viaje mucho más raro que escape a todo lo que estamos acostumbrados, una cinta que sorprenda. Se trata de una aventura entretenida y cumple al menos con eso. Si busca un escape a otros mundos, es poco probable que lo encuentre aquí.

Director: Humberto Hinojosa Ozcáriz.
Elenco: Camila Sodi, Tessa Ia, Luis Gerardo Méndez, Andrés Almeida, Rodrigo Corea.
Género: Drama.
Clasificación: B15
Duración: 94 minutos

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