Comienza en Alemania ‘Oktoberfest’
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Tanto dentro del recinto de la feria como en los alrededores y también el centro de la capital estaban muy presentes los dispositivos especiales de seguridad.
BERLÍN.- El Oktoberfest de Múnich abrió ayer sus puertas a la primera avalancha de adoradores de la fiesta cervecera, la más multitudinaria del mundo, desafiando la lluvia y dispuestos a someterse a los reforzados dispositivos de seguridad dictados por el temor a ataques yihadistas.
Con dos mazazos sobre el grifo cervecero y el ritual grito de “Ozapft is” -traducible por “está abierto”- dio por inaugurada la 183 edición de la fiesta el alcalde muniqués, Dieter Reiter, a las 10.00 GMT en punto, todo ello de acuerdo a la estricta tradición local.
Lograr introducir el grifo en el barril con solo dos golpes es, según la estadística muniquesa, una muy buena marca, solo igualada por este mismo alcalde el año pasado o por su antecesor, Christian Ude, que tras un largo periodo en el cargo y mucho entreno lo logró en 2005.
Para cuando el mazazo del alcalde dio por formalmente iniciado el Oktoberfest ya llevaban un par de horas paseando por el recinto ferial los primeros miles de visitantes.
7 millones de litros de cerveza serán consumidas, según estimaciones.
El precio de la ‘Maß’, la tradicional jarra de litro -medida única en sus tradicionales carpas cerveceras-, se sitúa sobre los 10 euros y se calcula que en sus dos semanas de vida se consumirán 7 millones de litros de cerveza.
Desde antes de las 07.00 GMT, hora de apertura al público del recinto, se habían formado ya largas colas ante sus accesos, donde se habían establecido controles especiales de seguridad.
Esa será previsiblemente la imagen de todos los días en este Oktoberfest, cuya organización había advertido de antemano de que quedaba prohibido ingresar en el recinto con mochilas o grandes bolsas.
Tanto dentro del recinto de la feria como en los alrededores y también el centro de la capital estaban muy presentes los dispositivos especiales de seguridad.
Las autoridades locales han previsto un despliegue de unos seiscientos agentes de policía para velar por la seguridad de la fiesta, cien más que el año pasado.