¿Cómo hablar sobre el suicidio?

Vida
/ 23 diciembre 2016

Hablar sobre el suicidio puede resultar difícil, pero el silencio es más peligroso. A continuación, algunas estrategias para mantener diálogos cruciales con hijos o amigos que pueden estar en riesgo de suicidio.

Es incómodo reconocer que un ser querido puede estar luchando con pensamientos suicidas. Y la investigación sugiere que hablar sobre el suicidio de una manera que lo normalice o lo presente en términos amarillistas puede impulsar a aquellos que están en riesgo a adoptar conductas suicidas.
Pero el silencio total es aún más peligroso, dicen los expertos. Si no se habla sobre el suicidio, no se puede ayudar a las personas que lo consideran una posibilidad.

Muchos evitan mencionar el tema porque temen que hacerlo introducirá al suicidio como posible opción para alguien que, en primer lugar, quizá ni siquiera lo estaba considerando.

Craig Bryan, experto en suicidio de la Universidad de Utah, lo denomina “uno de los mitos más antiguos que debe derribarse en todos los niveles”.

La investigación sobre proyección del suicidio en las escuelas indica que preguntar sobre el suicidio verdaderamente beneficia a los adolescentes que están en riesgo.

Un trabajo de investigación realizado en 2005 que abarcó a más de 2.000 alumnos del secundario demostró que preguntarles si habían pensado o no en el suicidio no tuvo efectos negativos. En el estudio, los científicos dividieron a los estudiantes en dos grupos y dieron a cada grupo una encuesta diferente. Una incluía preguntas sobre pensamientos suicidas y la otra no.

Constataron que los alumnos, incluidos los que habían intentado suicidarse anteriormente, no presentaron más probabilidades de declarar pensamientos suicidas días o meses después de haber sido expuestos a las preguntas sobre el suicidio en la encuesta. Además, los científicos observaron que los alumnos en riesgo de suicidio a los que se preguntó sobre el tema experimentaron en realidad mejorías en su depresión.

Otra preocupación común que lleva a la gente a no hablar del suicidio es el miedo a no saber qué decir si alguien está considerando esa posibilidad.

Chet Ludlwo, especialista en prevención de suicidios en el Central Utah Counseling Center, dijo que muchos padres temen no reaccionar correctamente si sus hijos les dicen que sí, que tienen pensamientos suicidas. Por lo tanto, los padres no hacen la pregunta.

Por su parte, Andrea Hood, coordinadora de prevención de suicidios en el Departamento de Salud de Utah, insiste en que existen maneras seguras y apropiadas de entablar estas conversaciones cruciales con hijos o amigos que pueden correr peligro de suicidarse.

En primer lugar, es importante preguntarles directamente a los individuos si piensan en matarse. Esto, dice Hood, habilita a las personas a ser honestas y demuestra que se está preparado para escucharlas decir que sí.

Una sugerencia que hace es llevar a las personas la tranquilidad de que no son las únicas que experimentan pensamientos suicidas.

“Una forma de hacerlo sería decir ‘A veces, cuando una persona pasa por una depresión, pueden aparecer ideas de suicidio. ¿Has tenido pensamientos suicidas?’”

Este tipo de diálogo transmite una ausencia de enjuiciamiento, lo cual vuelve a las personas más proclives a hablar.

¿Qué deberíamos hacer cuando alguien dice ‘sí’?

Hood recomienda llamar (En Estados Unidos) a la línea de emergencia nacional de prevención de suicidios: 1-800-273-TALK (8255) o a la línea de emergencia de los demás países. De esa forma, el peso de evaluar si un individuo debería ir inmediatamente a una guardia de emergencia o esperar a ver a un terapeuta o médico no recae en nosotros.

Si usted se encuentra en una situación de urgencia en la cual una persona está a punto de intentar suicidarse o no está físicamente con usted (por ejemplo, lo leyó en una publicación online), llame al 911 (o al número de emergencias de su ciudad). En otros casos, lo mejor es llamar a la línea nacional para obtener consejos de los expertos para saber qué hacer.

Aun en conversaciones con personas que no son suicidas, es importante no hablar del suicidio de una manera que lo presente como una opción factible para quienes están en riesgo porque puede estimular la conducta suicida de imitación -un fenómeno llamado contagio suicida.

ReportingOnSuicide.org, un sitio web (en inglés) desarrollado por destacados expertos en prevención de suicidios, ofrece pautas para ayudar a los medios a evitar el contagio al informar sobre suicidios, pero también puede servir para esclarecer cualquier conversación sobre el tema.

Estos expertos advierten que no se debe discutir un método o un lugar de suicidio en detalle, presentar el suicidio como una respuesta normal a la adversidad o idealizar la muerte por suicidio. Estas prácticas pueden hacer lucir más accesible y atractivo el suicidio para alguien que analiza esa posibilidad.

También instan a evitar algunas frases comunes que inadvertidamente transmiten mensajes negativos.

Por ejemplo, decir que alguien “cometió” un suicidio implica que el acto es un crimen inmoral, lo cual puede hacer sentir culpables a los individuos por tener pensamientos suicidas y más reacios a solicitar ayuda.

Y referirse a un intento de suicidio como “logrado”, “fracaso” o “fallido” presenta el suicidio bajo una luz positiva, sugiriendo que es algo en lo que se puede “tener éxito”.

Deben elegirse, en cambio, palabras neutras: una persona “intentó suicidarse”, “murió a causa de un suicidio”, “se quitó la vida” o “se mató”.

Por encima de todo, los expertos recomiendan concentrarse en los relatos positivos de recuperación y resistencia contando historias de individuos que superaron los períodos de propensión al suicidio. El suicidio no es inevitable.

Siguiendo estas pautas, podemos confiar, dijo Hood, en poder hacer un bien antes que un daño.
“Es importante tomar conciencia de que el silencio no resuelve el problema”, dijo. “Debemos estar dispuestos a actuar y compartir nuestras historias personales. Es eso lo que logra los cambios que buscamos”.

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