Surcará el cielo en compañía del Papa

Nacional
/ 24 enero 2016

Enrique García, el piloto que lo llevará a Roma, dice estar orgulloso de la misión

Ciudad de México. Será sencillo, así como es el Papa, la única modificación que le harán a uno de los aviones de Aeroméxico —que se utilizarán para los traslados del Pontífice— consiste en instalar una cortina que separará en dos la clase premier del Boeing 787 Dream Liner. 

Enrique García Galiano De Rivas, uno de los pilotos designados para los vuelos de Francisco y quien se encarga, como director de Operaciones de la aerolínea, de seleccionar a sus colegas que trabajarán en las aeronaves en que viajará Jorge Mario Bergoglio, explica en entrevista con El Universal los vuelos que se realizarán por parte de Aeroméxico: 

De la ciudad de México a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y de regreso, así como a Morelia, Michoacán, se utilizará un Boeing 737-800, con capacidad para 160 pasajeros. La tripulación estará conformada por dos capitanes, un primer oficial y cinco sobrecargos. 

Para el Boeing 787-8, que irá a Ciudad Juárez, Chihuahua, y luego a Roma, con capacidad para 243 pasajeros, se asignarán a dos capitanes, dos primeros oficiales y nueve sobrecargos. 

Enrique García se hará cargo del vuelo de regreso del Santo Padre a Roma el próximo 17 de febrero, desde Ciudad Juárez al aeropuerto de Ciampino. 

El piloto, quien tiene 54 años de edad y 19 mil horas de vuelo en su trayectoria, se prepara mental y profesionalmente para la experiencia, que lo hace sentirse muy emocionado, tal vez igual como su esposa y sus dos hijas, una sicóloga organizacional y bailarina y la otra piloto. 

Bendiciones para todos. Cenaban en familia a finales de noviembre pasado cuando anunció su designación. “Mi esposa lo primero que me dijo fue: ‘¿No me puedes llevar, no puede ir alguien más contigo?’, le respondí que obviamente no. Pero las tres quedaron muy emocionadas y me han deseado mucha suerte”. 

El hombre de familia, quien profesa el catolicismo, dice tener encargos de su esposa: pedirle al papa Francisco que bendiga algunos sencillos artículos que le está alistando. 

Una de las cosas, que escribió para el Papa con la asesoría de su esposa fue: “Su santidad, quiero dirigirme a usted hoy que tengo la suerte y la bendición de estar a su lado, para pedirle que en sus oraciones tenga cerca de nuestro señor a mi familia, a los empleados de Aeroméxico y, en general, a todo México, que tanto necesita del apoyo de quien está tan cerca de Dios”. 

Enrique García, quien hizo su primer vuelo en un Cessna en 1979 —que coincidió con el año de la primera visita de Juan Pablo II a México—, dice que siente una “gran responsabilidad”, no sólo de ser uno de los capitanes a cargo, sino de seleccionar a los otros pilotos, uno de quienes es el director de Seguridad de Aeroméxico. 

“Siento mucha alegría, una gran responsabilidad y satisfacción; una mezcla de varios sentimientos. Aunque todos los vuelos de Aeroméxico se llevan con los mismos niveles de seguridad, este tipo de vuelos requieren un poco más de logística, por tratarse de un jefe de Estado”. 

Se reserva información

A bordo del avión que llevará de regreso a Roma al Vicario de Cristo, Enrique García se reserva información por la seguridad que se requiere para sus viajes y en general para la aviación, pero adelanta que también con sencillez, el Papa no pidió algo laborioso de alimentos durante el viaje: “Sólo arroz, pollo y verduras”, señala el capitán, quien resalta que Jorge Mario Bergoglio no quiso que se instalara en el avión alguna cama o sala, para que viajara, como se llegó a hacer en otros aviones con las visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI, respectivamente. 

“Lo que se solicitó fueron unas sencillas adecuaciones, para instalar cortinas y separar una de las cabinas”, explica. 


Según información de la aerolínea, el asiento del Pontífice, como los otros de la aeronave, se podrá abatir de forma horizontal, como una cama. El avión estará dividido en tres zonas: adelante estará el Papa y su equipo más cercano; en la parte intermedia, personal del Vaticano y luego el grupo de representantes de medios de comunicación. 

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