Conoce el nacimiento navideño al fondo de un cenote, en Yucatán

Vida
/ 20 diciembre 2016

Esta exhibición subacuática estará hasta el 6 de enero

A partir de diciembre o un poco antes, millones de hogares, iglesias, plazas y negocios en México montan nacimientos navideños de todas formas, colores y texturas. La escuela de buceo Yucatán Dive Center Altabrisa decidió unirse a la tradición pero muy a su estilo. Desde mediados de diciembre han instalado un nacimiento a siete metros de profundidad en el cenote Noh-Mozón, ubicado a 40 kilómetros de Mérida. “Siempre buscamos maneras de atraer al público a este cenote y así obtener recursos para los proyectos de preservación”, comenta Francisco Galicia, copropietario de la escuela.

El plan comenzó en octubre. Los miembros de Yucatán Dive Center buscaron figuras que no afectarán el ecosistema acuático. “Nos facilitaron unas de plástico cubiertas con pinturas biodegradables que no tiene efectos dañinos”, dice Galicia. “También nos aseguramos que no fueran muy pequeñas para no afectar a las especies marinas (miden entre 30 y 40 centímetros) y todas pasaron por un proceso de limpieza antes de entrar al agua”.

El montaje del nacimiento requirió un equipo de 10 buzos y dos días. Para mantenerlos en el fondo del cenote se les colocaron pesas de plomo utilizadas en el buceo. El nacimiento se encuentra en una de las partes menos profundas del cenote, cuya profundidad puede llegar a los 45 metros."A mediodía se puede ver una entrada de luz muy bonita, los rayos del sol caen directo sobre nacimiento", dice Galicia. "El contraste de la iluminación con la oscuridad del fondo del cenote es un efecto mágico".

Los visitantes podrán verlo desde la superficie del cenote, pero si lo quieren ver de cerca deberán bucear, acompañados de un guía. La entrada al lugar tiene un costo de 30 pesos. La visita a Noh-Mozón también está incluida en muchos tours de cenotes en Yucatán, explica Galicia.

En 2014, el fondo del Noh-Mozón también fue el escenario de una boda subacuática de una pareja de buzos. En lugar de intercambiar votos, los novios intercambiaron oxígeno como símbolo de su amor. Fue la primera en su tipo en Yucatán.

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