Cuando el miedo viaja en un camión, agresiones les roban tranquilidad
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Estudio reporta que 9 de 10 mujeres temen sufrir algún episodio de acoso en transporte público
Al menos el 90% de las usuarias de transporte público en Saltillo temen ser agredidas o acosadas en estos espacios, lo cual tiene consecuencias financieras y emocionales; así lo demostró un estudio científico publicado en una revista de estudios de género.
El estudio “Violencia de Género contra las Mujeres Usuarias del Transporte Público en Saltillo, Coahuila”, de Diana Infante Vargas, plantea que las mujeres crean mapas de peligro cuando se trata de experimentar la ciudad, y esos mapas están influenciados por sus experiencias en el transporte público.
Sus mapas se componen de cambios de comportamiento que se adoptan al utilizar determinadas rutas, así como ajustes en sus rutinas y trayectos, explicó la autora en la introducción del estudio.
CREAN SU RED DE INFORMACIÓN
Estos mapeos mentales no son algo que se les enseñe, los comienzan a componer a medida que avanzan en los espacios públicos en los que son abusadas y los complementan con experiencias que comparten con mujeres de sus círculos sociales.
Explica la autora que los marcadores sociales como la clase, la raza, la etnia y el área de residencia colocan a las mujeres en relaciones jerárquicas entre sí, de modo que el problema del acoso sexual en el transporte público; aunque afecta a la mayoría de las mujeres, no lo hace de la misma manera.
Si bien la investigación proporciona una línea de base necesaria para comprender el alcance de la violencia en Saltillo, la siguiente pregunta a considerar sería el proceso de denuncia que deben realizar las mujeres después de un episodio de agresión en el transporte.
UN FENÓMENO DEVASTADOR
“En este artículo hemos mostrado la omnipresencia y la gravedad de los episodios de acoso sexual y violencia de género en el sistema de transporte público de Saltillo”, dijo la saltillense, quien señala que el acoso de extraños en lugares públicos hacia a las mujeres, transgrede su seguridad y oportunidades, al tiempo que convierte los lugares públicos en entornos hostiles y poco acogedores.
“Es necesario comprender cómo esta dinámica se extiende a través de procesos de denuncia que revictimizan a las mujeres que han vivido episodios violentos, robándoles además su seguridad con cada episodio que queda impune”, dijo Infante Vargas.
Es un tema a analizar el bajo número de denuncias de estas agresiones, en buena parte motivado por el grado de impunidad.