Mi unicornio azul ayer se me perdió

Opinión
/ 30 diciembre 2025

Los mexas cuando tenemos dinero lo derrochamos. Lo echamos por la ventana. Poco dura la epidemia de no hacer cuentas

Pase usted, señora Inflación. Viera cómo me ha asustado desde el último fin de semana. Se lo juro. Di el ranazo en la supertienda del sur de la ciudad.

Deseaba aprovechar el servicio de asado gratis. Eliges el corte de mejor vista. Vas a la caja. Cubres el precio. Encaminas con el ticket de compra. Entregas el paquete. Por favor sazonado. Vuelvo en media hora.

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Todo iba bien. Te lo prometo por los hijos de tus hijos, señora Inflación. Los congeladores cambiaron el orden. Pollo de todas las formas. En abundancia. Luego casi con cadenas, envuelto con sensor contra robo. A meses sin intereses. Con las tarjetas de crédito participantes.

Superofertón. De 799 pesos el kilo regular, el mismo de siempre, ni siquiera flecha simple o cargada, a 499 pesos.

San bombas. Perdí la conciencia. Llamaron al médico en medio de la consulta, en la zona de farmacia de medicamentos de patente.

Pasaron la voluta con alcohol. Dos influencers presentaron la chimenea de humo, de parrilla inalcanzable. Desolado el paisaje. Como muchos idénticos, honorables vecinos del valle de la alegría.

Cuesta arriba. Resuelvo el crucigrama. Los mexas cuando tenemos dinero lo derrochamos. Lo echamos por la ventana. Poco dura la epidemia de no hacer cuentas.

Viajamos de regreso con el paquete de salchichas para asar con queso. Un kilo de tortillas y la salsa molcajeteada. Refresco de agua mineral saborizada y baja en azúcares.

Estamos listos para entrar en el 2026. Mientras usted, señora inflación, parece estar en la mesa de quienes devoran el unicornio azul de la abundancia.

Acá abajo la cuesta se ve muy pelona.

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop, Prêt-à-porter: crónicas a la medida y Perros ladrando a la luna en Monterrey

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