Cuando uno se enamora no se piensa en la edad: sacerdote acusado de abusar de niña
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Paola denunció ante las autoridades de Colombia que el párroco la forzaba a mantener intimidad cuando tenía 10 años, por lo que quedó embarazada. El párroco dice que fue una 'relación de amor'
Colombia. Una joven de 30 años denunció que fue víctima de abuso sexual cuando era una niña. Un sacerdote de la comunidad Kennedy en Bogotá (Colombia) la ultrajó cuando tenía solo 10 años y, producto del salvaje ataque, salió embarazada.
Paola contó a Radio Caracol que el párroco identificado como Nelson William Montes Lizarazo, de 50 años, la forzaba a mantener relaciones sexuales. Sin embargo, en su defensa, el agresor aseguró que nunca obligó a nada a la niña.
“Yo tuve una relación con Paola, consentida, a pesar de la edad, consentida por ella, sus padres y sus hermanos. A raíz de esa relación de amor nació mi hijo. Uno cuando se enamora no tiene un calendario en el que piensa en la edad de la persona o de uno. Si uno se pone a mirar, hay estadísticas de varias relaciones consentidas entre un mayor y una menor de edad. Si la menor tiene el permiso de la mamá y el papá, las niñas se casaban. La familia de ella me buscaba y ella me buscaba”, aseguró Montes Lizarazo a la emisora radial.
El clérigo afirmó que “se enamoró de la niña” y esperó varios años para formalizar su relación. “La relación de amor nace cuando ella tenía 15 años. La fiesta de 15 años la organicé yo”, indicó.
Montes aseguró que nunca mantuvo intimidad con la pequeña hasta que cumplió los 14 años, para según dijo, ‘no tener problemas judiciales’. No obstante, la agraviada alegó que sí fue abusada por el eclesiástico desde que tenía 10 años.
En Colombia durante el 2019, se registraron 57 investigaciones contra sacerdotes de la iglesia católica por abuso sexual a menores de edad en la Fiscalía de la Nación, según conoció Blu Radio.
La mayoría de estas investigaciones se encuentran en proceso de juicio o indagación, por lo que aún no se ha expedido una sentencia condenatoria. Pero las estadísticas evidencian un panorama desolador para las víctimas que se atreven a denunciar a la alta institución del catolicismo, pues son pocos los casos que terminan en justicia.