Cuidado, esas porciones más pequeñas ¡Pueden engordar más!
Desde las gaseosas hasta el puré de garbanzos, hoy en día todo tipo de alimento o bebida parece venir en envases diminutos. Pero esto puede terminar haciendo que se coma más, no menos.
Desde las gaseosas hasta el puré de garbanzos, hoy en día todo tipo de alimento o bebida parece venir en envases diminutos, porque los fabricantes imitaron el ejemplo de Hollywood y dijeron “querida, encogí las porciones”.
Tanto Pepsi como Coca-Cola presentaron bebidas en latas de 220 ml, Nabisco está vendiendo Oreos delgadas y McDonald’s está experimentando con una versión más pequeña del Big Mac, con el desconcertante nombre de Mac Jr. (¿qué tiene de malo “Little Mac”?).
Chase Purdy de Quartz informa que la miniaturización de las porciones es una reacción tanto al deseo de los consumidores de consumir menos azúcar y grasa como a su exigencia de alimentos más fáciles de comer en el camino. Como cereal sin leche, digamos.
Es algo particularmente útil para una industria tan golpeada por los impuestos contra los vicios (como el aprobado recientemente por Filadelfia) que sus ejecutivos hablan del azúcar como si fuera alcohol.
En una llamada en conferencia con inversores, el director de operaciones de Coca-Cola, James Quincey, habló sobre la necesidad de la empresa “de proveer una cartera de productos que alienten y permitan a los consumidores disfrutar del azúcar agregado de manera responsable”, informó Purdy.
Una lata de 220 ml de Coca contiene 90 calorías y 25 gramos de azúcar, en comparación a las 140 calorías y 39 gramos de azúcar en la lata tradicional de 350 ml (la de vainilla y la de cereza tienen todavía más azúcar: 42 gramos en 350 ml. Es el cuádruple de azúcar que en una dona glaseada de Krispy Kreme, sólo para que sepan).
Euromonitor llama “rightsizing” (algo así como “darle el tamaño correcto”) a la tendencia de envasar bebidas y alimentos con tamaños diminutos en Estados Unidos y observa que ayuda a superar los “obstáculos para el crecimiento” de los fabricantes a medida que los consumidores se vuelven más atentos a su salud. También les permite cobrar más por ml, observa Quartz.
Además, en teoría, algo así podría ayudar a los consumidores a controlar sus apetitos desmesurados.
“Reducir el tamaño del envase demostró su utilidad para permitir que los consumidores midan y regulen mejor su ingesta de gaseosas y calorías”, escribió Rosemary Downey, de Euromonitor.
Pero no siempre las porciones más pequeñas reducen el consumo, informó el diario The Wall Street Journal.
En 2013, Sarah Nassauer escribió sobre “la psicología de los paquetes pequeños” y dijo que a veces las porciones menores hacen que la gente coma más.
Esto es así porque “ciertos tipos de comensales —aquellos a los que les preocupa su aspecto y que no son buenos para controlar lo que comen— ven los envases de alimentos del tamaño de un bocado como si tuvieran ‘cero calorías’”, escribió Nassauer.
Además, si una persona no se llena con una Coca en miniatura y se toma otra, terminará consumiendo más azúcar y calorías que si se hubiera tomado una lata de tamaño normal.
Un truco de eficacia comprobada para comer menos: usar un plato más pequeño.
El año pasado, Reuters informó que hacer esto puede ayudar a reducir 29% la ingesta de calorías. Los adultos deberían comer en platos de 22 a 25 cm de ancho y los niños, en platos de 19 cm, declaró a Reuters el Dr. David Sharp, investigador de Nutrición de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Kent en Ohio.
Esto se debe a que psicológicamente, los platos de mayor tamaño nos hacen sentir que estamos comiendo menos porque las porciones se ven más chicas, mientras que los platos de menor tamaño nos dan la impresión de que nos estamos dando una panzada.
De cualquier manera, hará falta un plato más grande para otro producto de McDonald’s. Por ahora, el Grand Mac sólo está disponible en Texas y Ohio. Todavía no se sabe si se está vendiendo más que el Mac Jr. o si las porciones más pequeñas llegaron para quedarse.