Dan nueve años de cárcel a Ahmad Al Faqi al Mahdi por destruir el patrimonio de Mali

Internacional
/ 27 septiembre 2016

Es la primera condena de la CPI por la destrucción de patrimonio cultural, considerado crimen de guerra en el derecho penal.

La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya declaró hoy culpable de crímenes de guerra al yihadista Ahmad Al Faqi al Mahdi, al que condenó a nueve años de prisión por destruir el patrimonio cultural de Tumbuctú, en Mali.

Al Mahdi, un ex profesor, lideró en 2012 los ataques contra varios monumentos en Tumbuctú, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y estuvo implicado en los mismos, sentenciaron los jueces. Al reconocer su culpabilidad, la condena fue sustancialmente reducida frente a los 30 años a los que podría haber sido sentenciado.

La Unesco calificó la sentencia de paso decisivo para acabar con la impunidad en la destrucción de bienes culturales. "Los ataques intencionados contra la cultura son armas de guerra dentro de una estrategia mundial de limpieza cultural", señaló la organización desde París.

"En un contexto de repetida violencia contra las personas y su herencia, esta sentencia de la Corte Penal Internacional es un elemento clave que pone de manifiesto la amplia respuesta ante el extremismo", dijo la directora de la Unesco, Irina Bokova.

Se trata de la primera condena de la CPI por la destrucción de patrimonio cultural, considerado crimen de guerra en el derecho penal. Además, se trata también del primer caso en que este tribunal juzga a un presunto yihadista.

En el junio de 2012, la milicia yihadista Ansar Dine, aliada con Al Qaeda, arrasó la ciudad desértica de Tumbuctú y destrozó nueve de sus templos sagrados medievales, lo que generó una ola de indignación internacional.

Patrimonio cultural destruido

Desde la Antigüedad, civilizaciones como la egipcia o la romana destruían los monumentos que eran sagrados para sus enemigos. También en tiempos de la Reforma, en el siglo XVI, fanáticos religiosos destruyeron numerosas imágenes y esculturas. A continuación, algunos ejemplos de la historia más reciente.

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TOMBUCTÚ: En la ciudad del desierto situada en el norte de Mali combatientes del grupo rebelde islamista Ansar Dine destruyeron en 2012 numerosos mausoleos musulmanes que eran Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco. Los islamistas argumentaron que los lugares con los restos mortales de sabios del islam servían a la veneración de santos.

PALMIRA Y SAN ELIÁN: La milicia terrorista Estado Islámico (EI) destrozó en 2015 varios monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en la antigua Palmira, entre ellos el templo de Baalshamin, varias tumbas y el arco del triunfo. Ese mismo año derribó también el monasterio católico de San Elián, situado en la ciudad siria de Homs. El templo databa del siglo V.

VALLE DE BAMIYÁN: En este lugar de Afganistán los talibanes hicieron volar por los aires en 2001 dos monumentales estatuas de Buda esculpidas en las rocas entre los siglos II y IV después de Cristo. Las estatuas eran testigo de la época preislámica del país.

MOSUL Y NÍNIVE: El EI destruyó riquezas culturales del Oriente Antiguo en el museo de Mosul y en monumentos funerarios de Nínive, en Irak. Entre ellos, la figura de un guardián de una puerta asiria de más de 2.600 años de antigüedad, por considerar que fomentaban la idolatría y el politeísmo.

AYODHYA: Hindúes fanáticos redujeron a ruinas la mezquita Babri de Ayodhya, en el estado de Uttar Pradesh en el norte de India, en 1992, para construir allí un templo de su religión. Al parecer la mezquita había sido levantada en 1528 en un lugar donde había habido antes un templo hindú. Ayodhya es uno de los siete lugares sagrados del hinduísmo. El acto provocó disturbios en todo el país en los que unas 2.000 personas perdieron la vida.

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