Detrás del NAICM hay intereses multimillonarios del Grupo Atlacomulco

Más allá de las críticas a la viabilidad técnica, financiera y de transparencia del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), el columnista Salvador García Soto mencionó que alrededor de este proyecto existe otro gran negocio multimillonario denominado Aerotrópolis, el cual está en manos del Grupo Atlacomulco.

Es, de acuerdo con el periodista, el ambicioso proyecto urbano y logístico que proyecta construir, en 4 mil 431 hectáreas de los municipios de Atenco y Texcoco un nueva ‘ciudad’ para abastecer de infraestructura, logística de transportación y carga, servicios urbanos, comercio y vivienda de nivel medio y alto al Hub Internacional que se pretende construir en torno al nuevo aeropuerto.

De acuerdo con información de García Soto, en este proyecto que promete inversiones y negocios para un lapso de entre 50 y 100 años, figuran “varias cabezas importantes del grupo político mexiquense” Atlacomulco “que rodea y controla al presidente Peña Nieto”.

El editorialista refiere que Aerotrópolis es un gran proyecto que vale hasta 20 veces más el costo del nuevo aeropuerto que incluye construir y desarrollar desde centros comerciales, hoteles, autopistas urbanas, parques industriales y empresariales, áreas exclusivas de vivienda de nivel alto, zonas de libre comercio, clubes deportivos y de golf, hasta un parque de diversiones de la franquicia más rentable a nivel internacional.

“Todo para hacer de los terrenos que rodean al nuevo aeropuerto –buena parte de ellos propiedad de políticos y empresarios cercanos al Edomex- un ‘centro de negocios gigantesco’ y el Hub más grande de América Latina, que a su vez se conectará a la obra del Nuevo Puerto de Veracruz”.

La infraestructura veracruzana quintuplicó su capacidad este sexenio con la construcción de un enorme corredor logístico de carga y transporte de mercancías y productos de exportación. Para eso construyeron y terminaron durante esta administración federal varios tramos de la autopista que conecta la zona de Texcoco con las Pirámides y ésta a su vez con el estado de Veracruz, con inversiones federales millonarias que conectan el Edomex con el Nuevo Puerto veracruzano y completan ese corredor.

Según Salvador García Soto un colaborador cercano a uno de los jefes del Grupo Atlacomulco -que pidió el anonimato- reveló que “ese es el verdadero negocio del grupo Atlacomulco”.

“Por eso quieren el aeropuerto ahí y por eso lo defenderán a toda costa, más allá de cuestiones de viabilidad técnica o financiera, porque ahí tienen planeada toda una ciudad y un corredor logístico y de servicios que, junto con el Nuevo Puerto de Veracruz, les dará la posibilidad de negocios e inversiones por los próximos 50 ó 100 años”, sostuvo la fuente del periodista.

Cuando un candidato como López Obrador plantea cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto, más allá de las afectaciones que también pueda provocar a la confianza del país, cita Salvador García, lo que está en juego son los intereses del Grupo Atlacomulco y empresarios involucrados en el proyecto.

En el artículo se consigna que por ello en la construcción del aeropuerto el gobierno federal fue cuidadoso y repartió las licitaciones entre los grandes empresarios del país como Carlos Slim, Carlos Hank Rhon, al grupo del desaparecido Lorenzo Zambrano y a constructoras como ICA, Pinfra, Cicsa, entre otras.

Añade que los negocios que importan para el grupo mexiquense son los que vendrán en el proyecto urbano y logístico que rodeará a la nueva terminal y que significan contratos millonarios de obras de infraestructura comercio y vivienda para los que ya hay una relación de empresas, que incluye los dueños reales de esas empresas, con proyectos y licitaciones futuras de aquí a 50 años.

“Esa carpeta existe y estaba en propiedad de uno de los miembros hidalguenses del gabinete que salieron de su cargo a medio sexenio”, apunta.

Salvador García Soto menina en su artículo que justo ayer el exprocurador fiscal de la Federación, Gabriel Reyes Orona, llamó a que el próximo gobierno haga un análisis de quiénes son los dueños de los terrenos colindantes al NAIM.

“El negocio quien lo puede hacer es quien haya adquirido terrenos colindantes. Si los intereses, si las relaciones gubernamentales te llevan a que tiene que ser ahí porque ahí es donde mis amigos compraron, tiene que ser a fuerza donde la plusvalía se va a generar”, expuso el exprocurador.