‘Día de la Independencia: Contraataque’; celebración innecesaria

Show
/ 1 julio 2016

No necesitábamos esta película, pero hay una cierta diversión oculta dentro de este absurdo que termina por ser una aventura genérica y olvidable

Calificación: 6.5 de diez

Cuando los marcianos invadieron la Tierra en 1996, tampoco tuvieron muy buenos resultados. Y no me refiero sólo a que fueron derrotados por Will Smith y un discurso sumamente inspirador de Bill Pullman, sino que en realidad nunca fue una gran película. La recordamos mucho quizá porque la pasaban bastante seguido en televisión y con justa razón, “Día de la Independencia” (“Independence Day”) fue la película más taquillera en el año de su estreno con más de 800 millones de dólares recaudados a nivel mundial. Pero es diversión bastante genérica. Diversión sin sentido que es más pasajera que de verdad emocionante. ¿Qué se puede esperar de una segunda parte 20 años después? ¿Una mejora? ¿Más de lo mismo? Este “Contraataque” al menos puede decir que es tan genéricamente divertido como el anterior.

Resulta que los extraterrestres han regresado para vengarse. En esta ocasión cuentan con una nave enorme, muchísimo más grande que la anterior, que abarca varios países y con la cual pretenden llegar al centro mismo del planeta para destruirlo o algo así. Pero ahora la humanidad, dados los avances que encontraron hace 20 años, tiene una mayor defensa tecnológica. Se han apropiado de la tecnología alien y han entrenado a jóvenes soldados, uno el hijo del Capitán Steven Hiller (Will Smith) y otro un huérfano afectado por la batalla anterior (Liam Hemsworth). Así que la Tierra cree estar lista para enfrentar una amenaza mucho mayor, pero resulta que necesitarán ayuda de otra tecnología espacial que antes no conocían.

Bill Pullman era espectacular, Jeff Goldblum era espectacular, Will Smith era espectacular. Su carisma e interpretaciones dotaron a “Día de la Independencia” de una vida que una cinta tan ridícula no merecía. Los primeros dos regresan (igual de espectaculares), pero el tercero no. Y, como aquella vez, son Goldblum y Pullman quienes salvan a esta nave de estrellarse en una nube de fuego. Claro, digo salvar en lo que a una cinta como estas se refiere, es decir: acción ridícula, trama sin sentido, absurdas explosiones. En otras palabras, cosas que no deberían funcionar en la gran pantalla, pero que para ser divertidas necesitan cuidado, buenos personajes y ritmo inteligente. Probablemente “Día de la Independencia” no tenía más que los buenos personajes, pero con eso bastaba para darle cierto carisma.

Si bien Pullman y Goldblum son los grandes héroes aquí, es bastante difícil la labor que se han propuesto. Basta ver a Liam Hemsworth y a Jessie Usher, los dos protagonistas jóvenes, que son las personas más grises, aburridas y planas que se hayan visto en toda la galaxia, al punto de que bien pudieran tirarles un rayo láser y nadie los extrañaría dentro de la enorme flota de aviones futurísticos que aquí se ven. La misión de los dos veteranos actores entonces es tratar de sacarle jugo a algo que, honestamente, no tiene mucho potencial. Para ello también reciben la ayuda de Brent Spiner, quien regresa como el Dr. Brakish Okun, divertidísimo. Quizá él sea la única persona que entendió el tono que debía tener esta película. Es decir, ligero, absurdo, entretenido.

Vamos a ser claros: ninguna de las dos películas de “Día de la Independencia” tiene capacidad para ser inteligente, ni para ser tomada en serio. Ahora bien, eso no significa que tengan que ser malas. Existen cintas que suelen describirse como “tan malas que son buenas”. Algunas se les suele conocer como cintas de serie b, películas con poco presupuesto, malas actuaciones, pero mucha acción y mucho encanto. Hay una especie de magia en este tipo de entretenimiento barato y creo que ahí está el corazón de “Día de la Independencia”, si bien su director, Roland Emmerich, no lo entiende del todo. Su problema, tanto en esta cinta, como en la anterior, es claro: tomarse demasiado en serio y presentar demasiados personajes secundarios que a nadie le importan.

La solución sería relajarse y como el Dr. Brakish Okun dejar que la ridiculez de unos aliens cabezones nos ataque por completo. Esta trama es tonta, no hay porque tomárnosla en serio. Aquí vinimos a divertirnos, ¿o no? Me parece que gran parte del encanto de lo que solían ser las cintas de serie b (fueran o no de ciencia ficción), era la falta de presupuesto. Al estar tan limitados sus recursos para crear grandes secuencias de acción o monstruos realistas, tenían que valerse del humor y el ingenio para mantener la atención del espectador. Trasladada a la época de las grandes superproducciones millonarias, esa filosofía no aplica tan bien. Los grandes distractores son los efectos, la acción, las explosiones y se dejan de lado los personajes, la historia y todo lo demás. Algo así pasa con las dos “Día de la Independencia”.

Aunque la anterior se estrenó en 1996 y no en los 50 o 60, la gran época dorada de la serie b, entonces teníamos recursos mucho más limitados comparados a los de ahora. Debido a ello, la cinta debió dosificar sus grandes explosiones y las apariciones de extraterrestres, para que no se vieran tan mal, fueran impactantes y aterradores. Claro, en cuanto a los efectos de un blockbuster de semejantes proporciones podríamos asegurar que nada queda en las sombras, pero comparémoslo con esta segunda parte. La diferencia es abismal. Mientras que la anterior dejaba algo de espacio a la imaginación y sus grandes explosiones eran contadas, en “Contraataque” vemos un caos visual de proporciones épicas. Esto es gracias a que la tecnología ahora lo permite y el director Roland Emmerich decidió aprovecharlo al máximo.

$!‘Día de la Independencia: Contraataque’; celebración innecesaria

Y así se va perdiendo la diversión de la cinta. En desatinos como secuencias donde no podemos distinguir nada, entre una tormenta de rayos láser y aviones y naves en cantidades industriales. Aunado a los personajes poco interesantes, la cinta se queda corta en la diversión. Bien pudieron haber reemplazado muchos aspectos por ese genial dictador africano que peleó con alienígenas armado de sus machetes y otra cosa sería. No es el desastre catastrófico que se pudiera esperar de una secuela tan innecesaria como esta, pero le falta mucho para explotar todo el potencial de diversión que tenía. Porque sí, hay que admitir, los momentos divertidos son muchos, pero a grandes rasgos es mejor olvidarla.

El dato
> Director: Roland Emmerich.
> Elenco: Liam Hemsworth, Jeff Goldblum, Jessie T. Usher, Bill Pullman, Maika Monroe.
> Género: Acción / Ciencia ficción
> Clasificación: B
> Duración: 120 minutos

COMENTARIOS

TEMAS
Selección de los editores