El día que AMLO regañó de fea manera a Olga Sánchez Cordero
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Durante una gira a Nuevo León, en una reunión a la que habían convocado cuando menos una docena de personas, el presidente López Obrador regañó de fea manera a su secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero
De acuerdo con la columna de Carlos Loret de Mola, publicada por VANGUARDIA, Andrés Manuel López Obrador se ha ido radicalizando, aislando, parece harto de tener que negociar y opta por imponer, no se muestra interesado en que su gobierno tienda puentes con sectores que no están sometidos a él ni se dedican a adularlo.
Añade que el año pasado, durante una gira a Nuevo León, en una reunión a la que habían convocado cuando menos una docena de personas, el presidente López Obrador regañó de fea manera a su secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, al grado que varios de los ahí presentes se sintieron francamente incómodos por lo que describieron no sólo como una falta de formas, sino una franca humillación de un jefe a una subordinada.
¿Por qué se enojó el Presidente con su secretaria de Gobernación? Porque ella le informó en esa junta que había tenido una reunión con el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, y que habían platicado sobre las dificultades para la recuperación económica. Según fuentes que estuvieron presentes, López Obrador estalló y le ordenó que no tuviera reuniones con el Banco de México.
Alfonso Romo, que jugaba de local, entró al quite. Interpretó que el Presidente regañaba a la secretaria Sánchez Cordero por meterse en temas que no eran de su escritorio. Entonces, para tratar de romper la tensión y zanjar la discusión, Romo le comentó al Presidente que él mismo se había reunido también con varios integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México, incluyendo al propio gobernador Díaz de León. ¡Y el Presidente se le fue encima también a Romo! El problema, pues, no era una invasión de funciones, sino que no quería ese diálogo con un organismo que ha logrado mantener su autonomía del gobierno.
Mala señal la de no asumirse como Presidente de todos y no tener ningún interés ya no digamos en escuchar alguna posición que no se someta a su voluntad, sino que su equipo la escuche.