El muro de las maquiladoras

Politicón
/ 21 enero 2017
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“América para los americanos” fue la consigna del presidente Monroe hace muchas décadas. Obviamente todos los patriotas latinoamericanos y mexicanos hemos rechazado tal doctrina… en teoría. En la práctica hemos aceptado ser una colonia de ellos, que gradualmente y con la complicidad de nuestros gobernantes han enajenado nuestros recursos naturales, nuestros bosques y playas, nuestra agricultura y nuestros minerales, y desde el establecimiento del neoliberalismo y el TLC, nuestros braceros, nuestra “mano de obra” y nuestro comercio.

En esta sutil enajenación y dependencia han ido desapareciendo nuestra  música, nuestras costumbres, nuestro cine y hasta nuestra lengua española. No son sólo las cadenas comerciales americanas las que dominan el comercio mexicano o la industria automotriz en la que somos simplemente unos maquiladores que no tenemos el beneficio de las utilidades que generan, es toda la economía mexicana la que depende en un 80 por ciento de EU. En realidad, México es para los norteamericanos. Ellos son los dueños y nosotros nos contentamos con sus favores y limosnas.

En este contexto nos sentimos ingenuamente ofendidos porque Donald Trump quiere construir un muro en la frontera entre México y EU, cuando esa es una mera estrategia distractora, ya que el muro existe desde que ellos permiten o impiden la entrada a su país a quien se les antoje desde hace muchas décadas. Nos sentimos humillados, marginados cuando hace mucho tiempo que intervienen en nuestra vida política, son los dueños del Río Bravo, definen el precio de nuestros productos agrícolas y han creado un muro a la economía para dejar pasar lo que a ellos les convenga y al precio que ellos determinen.

Donald Trump no es un villano que atenta contra México. Es un simple americano de un sistema capitalista que explota a los mexicanos mediante la complicidad de sus gobernantes que, no contentos con su inconmensurable codicia y su criminal corrupción, han vendido los recursos naturales y humanos a cambio de beneficios económicos y privilegios políticos. 

Gracias a esta complicidad y corrupción, EU, el país poderoso, los ha mantenido en el poder. Esa clase política es el verdadero muro que impide no sólo el acceso al desarrollo económico, científico y cultural de México, sino la existencia de una verdadera democracia que haga justicia tanto al obrero como al empresario nacional.

El miedo a una crisis de la economía mexicana no se debe solamente a que surja un Presidente capitalista que se despojó de su piel de oveja, sino a que tenemos un sistema de Gobierno y unos gobernantes tan ignorantes de su oficio y tan falsamente demócratas que no han sabido construir una economía que dependa de los mexicanos, de su esfuerzo, talento y visión patriótica.

En lugar de ello han privilegiado la inversión extranjera, y obstaculizado la iniciativa empresarial mexicana, de tal manera que andan pidiendo limosnas en el exterior y abrumando con “moches”, ”mordidas” y “favores sin huella” a cualquiera que intente desarrollar su negocio.

La limosna que solicite Peña Nieto a D. Trump va a intensificar la creciente lucha ciudadana que está persiguiendo a los lobos corruptos que nos han gobernado. Es una ciudadanía que ya no quiere ser una mera maquiladora limosnera de EU.

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