El punto débil que podría matar al bitcoin

Dinero
/ 18 julio 2017

La falta de confianza social en la transacción de bitcoins constituye un obstáculo para que la moneda virtual se generalice más

(CORINA SAS/THE CONVERSATION) El valor del bitcoin alcanzó nuevos máximos, y enormemente elevados, en junio de 2017, cuando una unidad de la moneda virtual valía 2.851 dólares, mientras que hace justo un año valía 600. Se cree que actualmente más de 10 millones de personas en todo el mundo poseen bitcoins y más de 100.000 comerciantes los aceptan a cambio de productos (sin contar a todos los que los usan para vender drogas y otros bienes ilegales en el mercado negro).

Una parte del atractivo del bitcoin para muchos de sus usuarios es la falta de control centralizado o de regulación por parte de un Gobierno o un banco. En vez de ello, depende de una tecnología conocida como “cadena de bloques” para realizar y garantizar las transacciones. Pero la investigación que mis compañeros y yo hemos llevado a cabo indica que la falta de cualquier confianza social en la manera en que funciona la cadena de bloques constituye un obstáculo para que el bitcoin se generalice más.

La cadena de bloques es una base de datos pública que registra las transacciones digitales. Estas últimas son validadas por ordenadores que trabajan dentro de una red mundial que resuelve problemas codificados complejos. Mientras que las transacciones bancarias tradicionales son autorizadas por instituciones financieras y están controladas por los Gobiernos a través de la tributación y de los contratos entre partes con identidades conocidas, la cadena de bloques es descentralizada, no está regulada y es anónima.

En nuestros estudios de los usuarios de la cadena de bloques descubrimos que estas características atraen a los usuarios de los bitcoins a causa de la creciente desconfianza en las instituciones financieras y los Gobiernos. La tecnología permite a la gente retomar el control sobre su dinero, sin restricciones sobre dónde y cuándo puede enviarlo.

Pero nuestros hallazgos también indican que dos aspectos fundamentales del diseño de la cadena de bloques – el hecho de que las transacciones sean anónimas e irreversibles – plantean problemas importantes para la confianza social entre sus usuarios. Es evidente que el anonimato resulta atractivo para la gente que pretende evitar el control gubernamental. Y las transacciones irreversibles se incluyeron en el diseño original de la cadena de bloques como una característica positiva para eliminar el privilegio que tienen los bancos de anular las transacciones, incluso cuando el contrato establece que son definitivas.

Pero en la práctica, estas características suponen un problema para muchas personas. La mayoría de la gente está acostumbrada a confiar en la reputación de un vendedor para decidir si le compra o no, y en la capacidad del sistema legal y financiero para ayudarla si algo sale mal. Pero nada de esto es posible con la cadena de bloques.

Los rastros de papel tienen sus ventajas

En la mayoría de las transacciones no solo se mueven bitcoins de un monedero electrónico a otro. En la práctica, a menudo forman parte de otras transacciones de doble sentido más importantes en las que ambas partes envían y reciben bienes como bitcoins, monedas del mundo real o productos físicos.

El problema es que la cadena de bloques solo registra el movimiento de bitcoins, no el movimiento de otras monedas o productos. Como no hay ninguna autoridad a la que quejarse, existe un importante riesgo de que los usuarios puedan ser engañados por comerciantes deshonestos que no cumplen su parte del trato.

Existe un desequilibrio entre la libertad y el poder que otorga la naturaleza no regulada de la cadena de bloques, y la ausencia de la seguridad que la gente está acostumbrada a recibir por parte de las instituciones financieras

En nuestro último estudio, entrevistamos a 20 usuarios de bitcoins pertenecientes a cinco grupos de Internet de Malasia, y la mayoría de ellos tenían más de dos años de experiencia en el uso de bitcoins. Nuestra investigación indica que más del 50% de los participantes preferían que las transacciones de la cadena de bloques estuviesen reguladas e identificadas, para que las transacciones puedan anularse o que los comerciantes deshonestos sean sancionados legalmente.

Esto muestra que existe un desequilibrio entre la libertad y el poder que otorga la naturaleza no regulada de la cadena de bloques, y la ausencia de la seguridad que la gente está acostumbrada a recibir por parte de las instituciones financieras tradicionales. Si esto no se resuelve, este desequilibrio podría limitar la expansión del bitcoin más allá de su base actual, e incluso reducir el número de usuarios del bitcoin que participan en las transacciones de doble sentido, porque cada vez más gente es consciente de los riesgos que suponen los comerciantes deshonestos. Por el contrario, el uso de la cadena de bloques para realizar transacciones de un solo sentido como las transferencias seguirá aumentando, porque se ven menos afectadas por los comerciantes deshonestos.

¿Qué se puede hacer?

Incluso los usuarios actuales de los bitcoins siguen operando en gran medida con la mentalidad tradicional de las monedas centralizadas y reguladas. Es posible que los defensores del bitcoin tengan que encontrar maneras de animar a los usuarios a desarrollar un nuevo planteamiento mental de la tecnología de la cadena de bloques no regulada.

Pero los desarrolladores también podrían crear herramientas para resolver algunas de las preocupaciones de los usuarios de los bitcoins. Por ejemplo, puede que exista una manera de registrar si los elementos del mundo real de las transacciones de bitcoins también se comprueban, se autorizan y se anotan en la contabilidad pública. Los monederos electrónicos podrían estar vinculados a un archivo de reputación que los usuarios podrían ver antes de aceptar un trato, más o menos de la misma manera en que algunos sitios como eBay permiten a los usuarios calificar a los vendedores. Y, además del protocolo de la cadena de bloques irreversible, podrían crear mecanismos que permitieran anular las transacciones individuales de doble sentido.

Si no se hace algo para abordar estos problemas, precisamente lo que más atrajo a la gente de los bitcoins en un principio podría acabar limitando su crecimiento y, con el tiempo, sepultarlos en el olvido.


Corina Sas es profesora de la Universidad de Lancaster

Cláusula de divulgación:
Corina Sas recibe financiación de AHRC y de la Comisión Europea, TSB.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la web The Conversation.
Traducción de News Clips.

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