Entre Rodolfo Acosta y la apertura de los cines

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/ 11 agosto 2020

Aunque julio terminó con varias muertes de creadores cinematográficos desde el de la última diva hollywoodense Olivia de Havilland al director británico Alan Parker, también lo hizo con otro aniversario importante para el cine mexico-americano.

Y es que después de haber iniciado el mes con el festejo del 60 aniversario de la inauguración de la Filmoteca de la UNAM, el miércoles 29 de julio se celebró el centenario de uno de los actores de la Época de Oro quien en lo que se establecía como uno de los más notorios villanos de nuestro cine comenzó a posicionarse en forma paralela y con no menos éxito en la Meca del Cine, siendo uno de los pioneros actores con raíces mexicanas en triunfar en Hollywood. 

Nos referimos a Rodolfo Acosta, quien nacido el 29 de julio de 1920 en el área del Chamizal de El Paso, Texas, tras debutar en la industria fílmica nacional en el año de 1946 al lado de Cantinflas en el clásico “Soy un prófugo”, de Miguel M. Delgado, tan pronto como el año siguiente es llamado a trabajar junto a Henry Fonda, Dolores del Río y Pedro Armendáriz en el clásico western “El fugitivo”, del legendario maestro del género John Ford, para en 1948 comenzar a hacer historia bajo la tutela del cineasta coahuilense Emilio “Indio” Fernández en el clásico “Salón México”, donde gracias a su memorable papel del padrote que maltrata y es culpable de la desgracia de Mercedes (Marga López), obtiene su única nominación al Ariel a la Mejor Coactuación de aquel año en lo que Marga gana como Mejor Actriz.

Esa actuación y ese personaje en particular fueron tan afortunados para Acosta que no sólo le dio continuidad a más villanos memorables bajo la dirección del Indio como sucedió en “Víctimas del Pecado”; “Sensualidad”, donde también trabajó el primer actor saltillense Fernando Soler e “islas Marías”, junto al ídolo Pedro Infante, todas de 1951, para a partir de ese año también cuando trabajó en la nominada al Oscar “Bullfighter and The Lady”, de Budd Boetticher, hacer una carrera ininterrumpida en Hollywood que incluyó clásicos como “La conquista del oeste”, de 1962, otra vez bajo la dirección de John Ford o “La más grande historia jamás contada” (George Stevens, 1965) hasta prácticamente el año de su muerte en noviembre de 1974 a los 54 años de edad a causa del cáncer de hígado.

Un día después del que hubiera sido el cumpleaños número 100 de Rodolfo Acosta, el 30 de julio pasado, estuvieron de manteles largos el cineasta texano Richard Linklater y el británico Christopher Nolan al llegar a las seis décadas de vida el primero y a los 50 años de edad el segundo, nominados ambos a un total de 5 premios Oscar a lo largo de su filmografía y de quienes Nolan era uno de los que se esperaba el estreno cinematográfico más importante a nivel mundial del verano, “Tenet”, claro está, previo a la pandemia que la ha llevado a posponerse indefinidamente cuando menos en nuestro país en lo que para principios de septiembre se espera su estreno en países que van de China a Estados Unidos. 

Mientras esto ocurre, las salas de cine abrieron en Saltillo en pleno semáforo rojo con respuesta regular.

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