Escolta de Alfredo Castillo entorpeció el caso de la niña Paulette
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La niña Paulette desapareció el 22 de marzo de 2010 y fue encontrada muerta en su propia cama, hasta nueve días después, el 31 de marzo de 2010
Olinsser Castillo García -el principal acusado por el intento de secuestro cometido contra la empresaria Lucrecia Pacheco– ha sido escolta de Alfredo Castillo Cervantes al menos desde que el hoy titular de la Comisión Nacional del Deporte era subprocurador de Justicia del Estado de México, en la administración del entonces gobernador mexiquense y hoy presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Alfredo Castillo se convirtió en procurador en mayo 2010, tras la renuncia de Alberto Bazbaz, quien estuvo al frente de esa dependencia estatal, cuando ésta se abocó a “investigar” primero la desaparición y después el fallecimiento de una niña de 4 años, cabello rizado, cuyo nombre pronto empezó a aparecer en todos los televisores y periódicos del país: Paulette Gebara Farah.
La niña Paulette desapareció el 22 de marzo de 2010 y fue encontrada muerta en su propia cama, hasta nueve días después, el 31 de marzo de 2010. Ese hallazgo sacudió a quienes en su momento siguieron el caso; despertó dudas y levantó más de una ceja.
Así lo narró en su momento el diario La Jornada:
“Nueve días después de que sus padres denunciaron su desaparición, la niña Paulette Gebara Farah, de cuatro años de edad, fue hallada muerta en el departamento donde vivía con su madre, Lisette Farah, quien de víctima y testigo de la desaparición pasó a ser indiciada por homicidio, informó Alberto Bazbaz Sacal, titular de la Procuraduría General de Justicia del estado de México (PGJEM). El cuerpo fue localizado… por agentes ministeriales de la PGJEM, quienes por quinta ocasión visitaban el departamento ubicado en el conjunto habitacional Porto Vita, en el número 11 de la calle Hacienda del Ciervo, en Interlomas, una de las zonas más exclusivas del municipio de Huixquilucan…”.
Las investigaciones de la Procuraduría del Estado de México fueron orquestadas por Bazbaz y Castillo; a la postre, el titular de esa dependencia determinó que la muerte de la niña había sido “un accidente” y luego renunció.
En el libro del periodista Martín Moreno, hay un capítulo más que revelador sobre la participación de Olinsser Castillo García, escolta de Alfredo Castillo, en el “descubrimiento” del cuerpo de la menor.
En la obra “Paulette. Lo que no se dijo”, Martín Moreno detalló lo siguiente:
“De la recámara de Paulette, vieron salir a un hombre con una sábana entre las manos. Era Olinsser Castillo García, policía ministerial, escolta del subprocurador Castillo."
-¿Qué llevas ahí?-, le preguntó un perito.
-Una sábana…
-¿Y de dónde es?
-De la recámara de la niña…
-¿Y a dónde la llevas?
El silencio como respuesta.
Déjame tomarle fotos… revisarla…
Olinsser apresuró el paso. Tenía prisa y se marchaba con la sábana sobre la cual Paulette había pasado su última noche.
-…¿Por qué no nos dejas revisarla?
-El jefe (Castillo) lo ordenó… se la vamos a dar a oler a los perros…
Ese fue un error grave. Una irresponsabilidad mayúscula consentida por Castillo. De haberse entregado la sábana a los peritos se habrían detectado de inmediato fluidos de Paulette, alguna mancha o evidencia que fuera esencial para aclarar el caso, si es que, en realidad, la niña se encontraba allí, en su propia recámara…
En su declaración Olinsser reconoció que quitó la sábana pero además da un dato revelador: dice que el colchón se movió. Pese al movimiento nunca vio el cuerpo que según la versión oficial siempre estuvo ahí.
“Yo la jalo hacia arriba, con fuerza y me traigo la sábana y el colchón se movió. De ahí volvimos a echar otra vez las colchas encima de la cama, inclusive algunas almohadas quedaron en el suelo… en ningún momento vi nada raro ni percibí tampoco algún olor extraño”.
Las acciones del escolta de Castillo provocaron que este caso no se esclareciera por completo ante la opinión pública.
A 7 años de aquel episodio, Olinsser Castillo García es el principal acusado de un intento de secuestro en territorio mexiquense, cuando paralelamente fungía como subjefe de escoltas de Alfredo Castillo. Pero las investigaciones en la PGR y en la Procuraduría del Estado de México no avanzan.
El escolta de Castillo ni siquiera ha sido llamado a declarar. Ha estado en la nómina de la PGR desde 2013 y al menos hasta el año pasado.
Materia para un interrogatorio hay. Y mucha.