“Escorts” se organizan contra violencia en CDMX

Nacional
/ 18 febrero 2018

A través de “apps” o grupos en Twitter y WhatsApp, estas trabajadoras sexuales crearon una red de vigilancia interna para emitir alertas en caso de agresiones

2017 fue un año marcado por los feminicidios contra las trabajadoras sexuales. En febrero, la peruana Wendy Vaneska fue asesinada a balazos en un hotel de la Condesa; en abril, Katya, venezolana, fue degollada con unas tijeras de jardinería en un hotel de la Roma; Génesis, de la misma nacionalidad que Katya, fue estrangulada en el hotel Platino, en noviembre. En diciembre, la escort argentina Karen fue asesinada de un balazo en la cabeza.

Pero las agresiones contra las acompañantes no necesariamente culminan en homicidios.

Hayde (México, 1992) comenzó a trabajar como bailarina exótica en un club nocturno a los 24 años. No tiene hijos y vive con su papá y su hermana. Actualmente es modelo erótica, actriz de la industria pornográfica y escort (ocasionalmente). Asegura que su personalidad siempre ha sido muy sensual y nació para el medio en el que se desenvuelve. Una amiga la metió a trabajar como escort. Su “arancel”, como llaman en el medio al pago por servicio con cada cliente, va de los 800 a los 4 mil pesos. Aunque asegura que la mayoría de sus clientes la ha tratado bien, reconoce que no faltan los sinsabores. Como por ejemplo, cuando le toca algún cliente que tras recibir sus servicios no quiere pagar.

“Lo mejor a veces es doblar las manitas, tratar de mantener la calma y aguantar la humillación, todo lo que te quiera decir”, asegura Hayde.

Justo el fin de semana pasado, un cliente llamado Néstor Fernando Romero, supuesto estudiante del ITAM, la bajó por la fuerza de su auto Mazda, plata, con placas de circulación 722-XEP, de la Ciudad de México. Hayde presentó una denuncia de hechos ante la Agencia del Ministerio Público de la delegación Cuauhtémoc, por incumplimiento de pago por sus servicios. Se abrió la carpeta de investigación: CI-FCH/CUH-7/UI-2 S/D/00475/02-2018 por este caso. Hasta hoy, el sujeto no ha sido localizado.

Lili (México, 1988) también es escort. Vive con su madre y tiene dos hijos. Considera que el trabajo sexual es equivalente al sadomasoquismo. Está consciente de que los 50 mil pesos que puede llegar a ganar mensualmente los paga peso por peso.

“Yo he aprendido que no debo siquiera aceptarle un vaso o una botella de agua a un cliente porque eso fue lo que me ocurrió. En una lata de Coca-Cola no sé qué le puso el cliente, pero en cuanto la tomé, perdí. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente en el hotel. El personal de donde trabajaba tuvo que subir por mí, vestirme y sacarme porque el cliente no quería abrir la puerta. Tuvieron que pedir refuerzos a la seguridad del hotel”, confiesa Lili.

Ha sufrido golpes, violación y robo, pero asegura que las situaciones precarias laborales que existen en México la motivan a seguir en el oficio, pues en ningún trabajo convencional obtendría las ganancias que le deja el trabajo sexual. “Cuando vienes de una infancia en la que no tuviste lujos, ni dinero y careciste de muchas cosas, el que ahora ganes bien y puedas darle una vida mejor a las personas que dependen de ti vale la pena”.

La experiencia le ha enseñado que cuando va a un servicio lo primero que debe hacer es cobrar, pues muchos clientes se van sin pagar o están a la expectativa del lugar en el que guarda su dinero para robárselo. A pesar de todo, dice que prefiere aguantar y no denunciar. “Yo no confío mucho en las leyes aquí en México. Una tiene que ir casi muerta para que realmente le crean”, señala Lili.

Al respecto, Elvira Madrid, presidenta de la organización Brigada Callejera, asegura que existe mucha discriminación contra las trabajadoras sexuales. Y poner una denuncia solo se logra mediante presión social.

Tras la serie de ataques que van al alza, las escorts no se han quedado de brazos cruzados y han hecho uso de la tecnología para protegerse. Han implementado aplicaciones especiales de seguridad en smartphones, como Lista Negra y Koko Alertas. Estas apps cuentan con un registro de más de 2 mil números, que van desde clientes “quitatiempo” que solo curiosean o que agendan citas y no llegan, hasta clientes que son considerados como potenciales agresores.

“Lista Negra es una aplicación que puedes descargar en tu teléfono y si tenemos algún reporte se lo mandamos a la persona que la administra, obviamente con evidencias, para que lo suba a la aplicación”. reveló Lili.

MILENIO platicó con Iván, el desarrollador de Koko Alertas, una app que comenzó como un sistema para que los clientes calificaran los servicios de las escorts, pero ante las necesidades del sector, se modificó como un mecanismo de protección. Iván es cliente de las acompañantes sexuales y al escuchar frecuentemente sus preocupaciones creó la aplicación, que automatiza los datos que reportan las escorts en grupos privados.

Iván recomienda a las escorts hacer solo uso de las aplicaciones, en vez de los grupos abiertos, pues al reportar a los clientes en redes sociales los ponen sobreaviso.

En Twitter, cuentan con páginas como Alerta Divas, en donde el pasado 9 de febrero se emitió la alerta de emergencia sobre el secuestro de Caridad, una escort venezolana de 33 años, en un hotel de Patriotismo. La mujer fue plagiada por tres hombres que pedían 500 mil pesos para liberarla. Por un operativo de la Secretaría de Seguridad Pública, en coordinación con elementos de la Agencia de Investigación Criminal, fue rescatada 48 horas después en la delegación Xochimilco.

Tras el plagio de Caridad, autoridades de la PGR detectaron que sus tres secuestradores formaban parte de un grupo delictivo que se dedica específicamente a privar de la libertad a escorts extranjeras, pues suponen que en su condición de indocumentadas no pedirán apoyo al ser blanco de agresiones. Aunque Miguel Ángel, de 27 años; Jorge Luis, de 23, y Luis Fernando, de 22, fueron detenidos, solo son una parte del grupo delincuencial.

A través de WhatsApp las escorts avisan en qué hotel están, habitación, cómo es el cliente, número de placas de auto o moto y cuánto tiempo estarán. Si la escort no reporta en el grupo su salida del hotel al concluir su cita, se activa la alerta de búsqueda en el sector.

La presidenta de Brigada Callejera, Elvira Madrid, advierte que actualmente la sociedad se desquita con la mujer por la inconformidad de que ya no se dejan y denuncian, lo cual las convierte en blanco de odio feminicida. Las escorts coinciden con Elvira en que no es un trabajo fácil y pese a ser muy bien pagado, urge encontrar alternativas reales con las que puedan integrarse a una vida laboral para proveer la economía familiar sin exponerse a los riesgos que conlleva el trabajo sexual. También insta a las mujeres a solicitar asesoría legal a Brigada Callejera.

Mientras tanto, las escorts continúan uniendo fuerzas para erradicar la violencia en el oficio que ejercen y en un intento de que ni una mujer más sea asesinada, la lucha continúa.

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