España se despide del carbón y cierra minerías, mientras que en Coahuila buscan su reactivación
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A partir del 1 de enero se tendrán que cerrar las mineras en todo el país español
Mientras que, el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Barlett, externó su intención de reactivar el sector carbonífero de Coahuila para la generación de energía eléctrica, pese a los riesgos ambientales y en la población que estas traen al Estado según recomendaciones emitidas por la CNDH, España le ha puesto punto final a la industria de la minería del carbón.
Es así como a partir del 1 de enero, las 26 explotaciones de Asturias, Aragón y Castilla y León que quedaban en España, tendrán que cerrar o devolver los más de 500 millones de euros que han recibido de ayudas públicas.
A ese cierre se comprometió el Gobierno con la Comisión Europea a principios de esta década, cuando Bruselas concedió la prórroga final a una actividad económica deficitaria que lleva más de 30 años de ocaso en España.
En noviembre ya solo quedaban 2.046 trabajadores adscritos al régimen especial de la minería del carbón, frente a los 51.420 que había en 1985. Y el 90% del carbón que se quema en España para producir electricidad se importa ya de otros países como Colombia o Rusia.
La generación de electricidad con este combustible, está también en el punto de mira de las políticas medioambientales por ser altamente contaminante. Además, esta actividad acumula alrededor del 15% de todos los gases de efecto invernadero de la economía española.
Las normas europeas van encaminadas a hacer desaparecer las centrales de carbón. Desde hace años funciona un mercado de emisiones que ahora obliga a las plantas a pagar más de 20 euros por cada tonelada de CO2 que expulsan a la atmósfera. La previsión es que ese precio siga aumentando. Además, Bruselas pone cada vez más trabas a los Estados a la hora de dar subsidios encubiertos a las plantas.
El cierre de las minas en Alemania –fijado por el mismo plan de Bruselas– se vivió hace una semana de forma solemne. “Terminó un capítulo de nuestra historia”, dijo el primer ministro del Land de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, durante los actos de clausura del último yacimiento de hulla del país. Mientras, en España, lejos de ese funeral de Estado que le dieron los alemanes a su minería, los presidentes de Asturias, Aragón y Castilla y León se reunieron el miércoles con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para pedirle que presione a las empresas para “alargar” la vida de las centrales y de algunos yacimientos.
Solo dos compañías mineras han mostrado interés ante el ministerio por seguir operando. Hijos de Baldomero García –empresa de El Bierzo (León), que cuenta con unos 25 empleados– y Samca –compañía turolense que tiene unos 150 trabajadores–. Al margen de estas dos privadas, la sociedad pública Hunosa (que tiene un millar de mineros aún en Asturias) sostiene que seguirá operando un pequeño pozo que no ha recibido ayudas públicas.
Con información de El País