España se lanza a la cacería de autores de ataques terroristas
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Los ataques, registrados el jueves con apenas horas de diferencia y que siguieron el mismo patrón, además de una explosión antes esta semana en otra localidad catalana, están conectados y fueron obra de un grupo terrorista, informaron las autoridades.
La policía española intensificó el viernes la búsqueda de los responsables de dos letales ataques terroristas, luego de matar a tiros a cinco hombres que llevaban simulaciones de cinturones con explosivos y que usaron un vehículo para embestir a civiles en un balneario catalán y deteniendo a otros cuatro aparentemente vinculados con otro ataque en Barcelona.
Los ataques, registrados el jueves con apenas horas de diferencia y que siguieron el mismo patrón, además de una explosión antes esta semana en otra localidad catalana, están conectados y fueron obra de un grupo terrorista, informaron las autoridades.
El grupo radical Estado Islámico inmediatamente se atribuyó el más reciente brote de violencia terrorista en suelo europeo. Trece personas murieron y un centenar resultaron heridas en Barcelona cuando una camioneta embistió a una multitud en el paseo de Las Ramblas. Horas después un automóvil arremetió contra peatones en el poblado costero de Cambrils, matando a una persona y dejando heridas a otras cinco.
El presidente de gobierno Mariano Rajoy declaró el viernes que la lucha contra el terrorismo es una batalla global que se ha convertido en la prioridad número uno de Europa.
La policía dijo que arrestó el viernes a otras dos personas, luego de detener a dos el jueves. Se trata de tres marroquíes y un español, ninguno de los cuales tenía antecedentes terroristas. Al menos tres de ellos fueron capturados en Ripoll, un poblado del norte de España. Se realizó otro arresto en Alcanar, al sur de Barcelona, donde una explosión de gas en una casa el miércoles que mató a una persona es también parte de la investigación.
"En Ripoll podría haber más personas conectadas con el grupo", declaró el consejero de Interior de la Generalitat catalana, Joaquim Forn, a la televisora TV3, agregando que la policía centra ahora sus pesquisas en la identificación de los cinco muertos en Cambrils además de en la del conductor de la furgoneta usada en Barcelona para atropellar transeúntes.
Los incidentes "están conectados y siguen la misma pista", dijo Forn en la emisora local RAC1 a primera hora del viernes.
"No estamos hablando de un grupo de una o dos personas, sino de un grupo más numeroso", apuntó. Agregó que la deflagración de Alcanar estuvo causada por bombonas de butano almacenadas en una vivienda y que bomberos y policías que respondieron a la emergencia resultaron heridos.
En medio de fuertes medidas de seguridad, Barcelona intentaba recuperar la normalidad el viernes. El emblemático paseo de Las Ramblas reabrió al público en la mañana y el rey Felipe VI, presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy y otras autoridades estatales y regionales participaron junto a miles de residentes y turistas en un minuto de silencio en una de las principales plazas de la capital catalana.
"¡No tengo miedo! ¡No tengo miedo!", corearon los asistentes en catalán entre aplausos.
Sin embargo, el doble ataque elevó la tensión en un país que no vivía un atentado extremista desde 2004, cuando radicales inspirados por Al Qaeda mataron a 192 personas en ataques coordinados en trenes de cercanías en Madrid. Al contrario de Francia, Gran Bretaña, Suecia y Alemania, que registraron agresiones extremistas en el último año, España se libró de la lista negra gracias a operaciones policiales que detuvieron a unos 200 presuntos yihadistas en los últimos años.
Las fuerzas de seguridad se recuperaban todavía del ataque vespertino en el corazón de Barcelona cuando agentes de servicio en la popular localidad turística de Cambrils, a unos 130 kilómetros (80 millas) al sur de la capital catalana, abatieron fatalmente a cinco personas cerca del paseo marítimo. Los sospechosos habían arrollado a un grupo de turistas y residentes en un Audi 3 azul.
Una mujer murió el viernes a causa de las heridas sufridas, dijo la policía catalana en Twitter. Otras cinco personas sufrieron lesiones.
Los sospechosos portaban cinturones de explosivos falsos, explicó el consejero Forn, a la emisora Onda Cero.
"Eran simulaciones, pero tan bien practicadas que hasta que el Tedax interviene y se practica una explosión no se pudo determinar que eran falsos", afirmó Forn.
El Audi y un auto policial dañado en el incidente fueron retirados del lugar de los hechos el viernes.
La alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza, explicó que se tomaron precauciones tras el atentado de Barcelona, pero que los sospechosos perpetraron su acción a primera hora del viernes en un estrecho acceso al paseo marítimo, que a última hora de la noche suele llenarse de residentes y turistas.
"Estábamos en una terraza, como muchos otros", relató José Antonio Sáez, testigo de los hechos. "Escuchamos el choque e intensos disparos, después los cuerpos muertos sobre el piso, baleados por la policía. Tenían lo que parecían cinturones bomba".
Otros describieron escenas de pánico y se pusieron a salvo en el interior de bares y restaurantes hasta que la policía aseguró la zona.
Markel Artabe, un residente de la zona, iba en busca de un helado cuando escuchó los disparos.
"Empezamos a correr. Vimos una persona en el suelo con un tiro en la cabeza y a unos 20 o 30 metros otras dos personas, que debían ser terroristas porque tenían cinturones con explosivos. Nos preocupamos así que nos escondimos", relató.
El ataque de Cambrils se produjo horas después de que una camioneta blanca penetró al pintoresco paseo barcelonés de Las Ramblas para arrollar a peatones, circulando en zigzag por la vía atestada de residentes y turistas de todo el mundo.
"Claramente fue un ataque terrorista, con la intención de matar a la mayor cantidad posible de gente", dijo Josep Lluis Trapero, comisario jefe de la policía catalana, los Mossos D'Esquadra, en una conferencia de prensa el jueves por la noche.
El Estado Islámico se atribuyó el atentado asegurando en un comunicado difundido por su agencia noticiosa Aamaq que el ataque fue perpetrado por “soldados” del esa organización en respuesta a los llamados de la milicia para arremeter contra los países que participan en la coalición que intenta expulsarlos de Siria e Irak.
Entre las víctimas, tanto muertos como heridos, había ciudadanos de 34 países.
La televisora estatal RTVE y otros medios identificaron a uno de los detenidos por el ataque de Barcelona como Driss Oukabir, un ciudadano francés de origen marroquí. Según la información de RTVE, Oukabir se presentó ante la policía en Ripoll para reportar el robo de su documentación. Varios medios nacionales dijeron que los documentos fueron hallados en la furgoneta y que dijo que su hermano podría haberlos sustraído.
Citando fuentes policiales, RTVE, el diario El País y TV3 identificaron al hermano, Moussa Oukabir, como el presunto conductor de la camioneta. Forn declinó contestar preguntas al respecto el viernes, alegando que la investigación sigue abierta.
El conductor del vehículo que atentó en Las Ramblas, sigue prófugo.
"No sabemos si el conductor sigue en Barcelona o no, ni en qué dirección huyó", informó Forn a la radio Cadena SER. "Teníamos policías locales en el lugar, pero no pudimos dispararle ya que Las Ramblas estaban atestadas de gente".
Rajoy condenó los atentados y afirmó que los españoles seguirán unidos no solo en la tristeza por los muertos sino en la determinación de derrotar a quienes atentan contra sus valores y su estilo de vida.
Con expresión sombría pero desafiante, turistas y residentes de Barcelona recorrían el viernes la zona de Las Ramblas.
John Lanza, un turista de Nueva York que estaba allí con su familia, afirmó: "Es triste. Obviamente el lugar está más callado que lo usual, pero creo que la gente está tratando de seguir con su vida".