Fallas del confinamiento han colmado a habitantes de General Cepeda

Tras el incendio que ocurrió dentro Confinamiento de Residuos Peligrosos en General Cepeda, y que se avistó en por lo menos cinco comunidades cercanas, los pobladores de la región han reiterado que no pararán sus denuncias hasta que las puertas de la empresa queden cerradas. 

Aunque en esta ocasión, las autoridades de la Profepa han informado que el incidente fue calificado como conato de incendio, pobladores de los ejidos Noria de la Sabina, Pilar de Richardson, San Antonio del Salazar, y El Dorado, que rodean al Confinamiento, aseguran que este tipo de incidentes han ocurrido en tres ocasiones de un año a la fecha, sin que alguna autoridad les informe si existe algún peligro, o haga evaluaciones pertinentes.

Dos de los pobladores de Noria de la Sabina, que se encuentra más cercano al confinamiento, aseguró que antes del incendio se escuchó una fuerte explosión que provocó la movilización interna y desalojó a los trabajadores de la zona. 

‘’En estos ejidos hemos visto mucho humo como ahora en tres ocasiones; las veces pasadas no se veían llamas porque era de día, pero esta vez parecían ser de unos 20 metros. Se veían desde aquí que estamos a unos cinco kilómetros, y después se vio una nube grande de humo negro’’, narró Eduardo Alonso Téllez de El Dorado.

En una rueda de prensa, los pobladores aseguran que tanto autoridades, como los empresarios de SEMNSA, han demostrado que no tienen las capacidades para desarrollar un proyecto de esta naturaleza, que se refleja tanto en declaraciones donde las autoridades dijeron que el Confinamiento no tendría contacto con el agua por la escases de lluvia, aunque en las últimas semanas se han presentado desbordamientos.

‘’También entran unas tres veces a la semana a Noria de la Sabina a preguntar dónde queda el confinamiento, y se van chorreando un líquido. Eso lo hemos visto varias veces; son camiones de doble remolque’’, señaló una de las pobladoras de Noria de la Sabina. 

En cuestión de empleo, los campesinos aseguran, a diferencia del discurso pro empleo que utilizaron los empresarios, que la situación económica no ha cambiado para los pobladores que suman entre todos los ejidos, a un aproximado de mil habitantes, e incluso, las fuentes de trabajo no son las mismas. ‘’Tendrán a unos cien trabajadores ahí. No todos son pobladores de la zona’’.

‘’Nosotros queremos que lo cierren. Hemos dicho que no queremos que tiren aquí lo que nosotros producimos. Es una burla para la gente del campo. Si aquí no se produce esa basura, que la vayan a tirar donde realmente es. Nosotros estábamos tranquilos con lo que nosotros hacemos’’, señala Pedro Jassoel comisariado ejidal de Pilar de Richardson. 

Por su parte, Agustín Arocena, agregó que después de las inundaciones, ninguna autoridad ha visitado el lugar para autoridad les ha visitado a dar un informe de la calidad del aire, del agua o de los recursos naturales que gozan, pero si han notado un olor a tiner más frecuentemente durante la madrugada, que los obliga a cerrar las ventanas aunque pueda resultar contraproducente. 

Por último, José Luis García Valero, ha comentado que después del fallo por el cual la empresa supuestamente repuso un procedimiento que debía tener desde su apertura con la Conagua, han ingresado a los tribunales otros recursos para obtener la suspensión definitiva, y han acudido a organismos internacionales como la CIDH y la comisión del Agua de las Naciones Unidas para exponer el caso.

Sin embargo, el seguimiento podría tardar varios años, y se han destinado recursos que sumarán al término del siguiente proceso, más de 300 mil pesos que han sido donados por particulares.