Hace 100 años moría en la guerra el joven expresionista Franz Marc
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"Ciervos en la nieve", "Tigre", "Toro", "Vacas - roja, verde, amarilla" son los títulos de algunas de sus obras más conocidas.
El pintor alemán Franz Marc no fue un pacifista y celebró, como muchos alemanes, la llegada de la Primera Guerra Mundial. "Mi corazón no está enojado con la guerra, sino que le agradece de todo corazón", escribió en noviembre de 1914 a su colega Wassily Kandinsky. "No había otra salida para el espíritu; solo así se podía limpiar el establo de Augías, la vieja Europa".
Un año y medio más tarde, el 4 de marzo de 1916, Marc moría al ser alcanzado por una granada mientras efectuaba una cabalgata de reconocimiento en la legendaria batalla de Verdún.
Marc tenía entonces 36 años y contó con poco tiempo para crear una obra que ocupa un lugar fijo en el canon de la pintura de los alemanes. Dejó un legado de 244 óleos, así como 261 dibujos y acuarelas.
Su "leitmotiv" fue el animal colorido, encabezado por su famoso caballo azul, uno de los símbolos de la asociación de artistas "Blauer Reiter" ("El jinete azul") que conformó junto con Kandinsky, Paul Klee y August Macke, también caído en la conflagración.
"Ciervos en la nieve", "Tigre", "Toro", "Vacas - roja, verde, amarilla" son los títulos de algunas de sus obras más conocidas.
"Franz Marc pensaba que los animales hacen las cosas mejor que los seres humanos", explica a dpa Matthias Mühling, director del museo Lenbachhaus de Múnich. El museo cuenta con una colección del "Blauer Reiter" de fama mundial.
Franz Marc es uno de los exponentes más populares del arte moderno por sus motivos de animales y sus vívidos colores, a veces reducidos injustamente a la categoría de "lindos o monos".
Se lo suele catalogar como "romántico entre los expresionistas alemanes". Los nacionalsocialistas tacharon su obra de "arte degenerado" y confiscaron en 1937 unos 130 cuadros suyos de museos del país.
Marc nació el 8 de febrero de 1880 en Múnich. Su padre era pintor y profesor de pintura en una academia y así tuvo contacto temprano con el arte.
Influido por su madre, una calvinista muy practicante, pensó primero en estudiar teología y también se sentía fuertemente atraído por la literatura. Comenzó un estudio de filosofía en la Universidad de Múnich antes de pasarse a la Academia de Artes de la ciudad bávara.
Pero dejó la academia poco después al descubrir a los impresionistas en un viaje a París. Se dedicó a buscar sus propias formas de expresión, especialmente en el dibujo, en la localidad de Kochel am See, en los Alpes bávaros, donde hoy lo evoca un museo que lleva su nombre.
Allí abrirá el próximo domingo sus puertas una muestra en torno el óleo "El pobre país del Tirol", de 1913, una de las más importantes obras de Marc, proveniente del Museo Guggenheim de Nueva York.
Con motivo del centenario de la muerte de Marc fue lanzado a la venta el libro con anotaciones y comentarios de la segunda mujer del pintor, Maria, sobre su vida con el artista. Marc se había casado anteriormente con Marie Schnür, de la que se divorció tras un año de matrimonio.
Su cuadro "Dos mujeres en la ladera" de 1906 muestra a las dos, con las cuales pasó el verano de ese año en Kochel am See.
La editora Brigitte Rossbeck publicó por primera vez los recuerdos escritos a mano por Maria Marc. La esposa del pintor describe la tendencia melancólica y las dudas que lo atormentaban y que lo llevaron a destruir muchos de sus primeros cuadros. "No le bastaba con ser un buen pintor, quería ser un ser humano cabal".