Hace 50 años, una fotografía de Eddie Adams cambió la Guerra de Vietnam
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El fotógrafo de Associated Press Eddie Adams inmortalizó al general Nguyen Ngoc Loan, jefe de la policía nacional de Vietnam del Sur, en el preciso instante en el que mató al guerrillero del Vietcong Nguyen van Lem.
Justo en la milésima de segundo que tardó una bala en penetrar en la cabeza de un aterrorizado hombre, un fotógrafo capturó la instantánea que se convertiría en definitiva para la Guerra de Vietnam.
El fotógrafo de Associated Press Eddie Adams inmortalizó al general Nguyen Ngoc Loan, jefe de la policía nacional de Vietnam del Sur, en el preciso instante en el que mató al guerrillero del Vietcong Nguyen van Lem en una bulliciosa calle de Saigón.
Aquello sucedió el 1 de febrero de 1968, hace ahora medio siglo, y la actual Ciudad de Ho Chi Minh estaba dividida entre el Gobierno de Vietnam del Sur, marioneta de Estados Unidos, y las fuerzas comunistas respaldadas por Vietnam del Norte.
La instantánea, junto con el video del asesinato que grabó el camarógrafo de la NBC Vo Suu, fue reproducida en todas las grandes cadenas de televisión de Estados Unidos y se convirtió en un icono del movimiento antibelicista que finalmente acabaría sacando al país de Vietnam cinco años más tarde.
El asesinato de Lem se produjo cuando el Vietcong y sus aliados de Vietnam del Norte lanzaron un ataque sorpresa durante un alto el fuego con motivo del Tet, el año nuevo lunar vietnamita. La Ofensiva del Tet, como se conoció, tenía como objetivo propiciar un levantamiento generalizado en el sur para reunificar el país.
La embajada estadounidense en Saigón fue brutalmente atacada, mientras que Hue, la antigua capital imperial, fue invadida casi al completo. Entre las fuerzas estadounidenses se instaló el caos, pues habían perdido la iniciativa, y comenzaron a replegarse ante el enemigo.
"Fue el único de mi batallón que sobrevivió a aquella noche, todos los demás fueron asesinados", recuerda el septuagenario Nguyen Duc Gan, que luchó con el ejército norvietnamita en Saigón cuando el 30 de enero comenzó el asalto.
Los combatientes del Vietcong "no iban bien armados, utilizaban cuchillos para matar a policías, empleados públicos y civiles", cuenta por su parte Nguyen Duy Dang, que regenta una tienda en el barrio de Cholon y tenía 13 años en aquel entonces.
Lem era uno de aquellos combatientes. Fue capturado poco antes de la instantánea, en la mañana del 1 de febrero. En una entrevista de 1979, el camarógrafo australiano Neil Davis, contaba cómo su verdugo Loan se había enterado apenas una hora antes de que un compañero y sus hijos habían sido asesinados por el Vietcong.
"Los seis niños -de algunos de los cuales Loan era el padrino- habían sido asesinados. Les habían cortado la garganta", dijo Davis. La ejecución del guerrillero del Vietcong tuvo lugar después de que el jefe de la policía survietnamita se enterara de que éste había sido capturado cerca de donde ocurrieron los asesinatos.
Bui Van Manh, un spetuagenario veterano del ejército de Vietnam del Sur que luchó junto a los hombres de Loan durante la batalla de 1968 por Saigón, cuenta que no sentía simpatía alguna por Lem. "Mató a al menos siete personas", recuerda, y afirma que los guerrilleros del Vietcong se comportaron "como animales”.
"Eran bárbaros, no eran humanos", añadió. Sin embargo, para el veterano comunista Gan, asesinar a un prisionero desarmado es inaceptable.
"Durante la lucha en el campo de batalla, mató a todo el que pudo, yo habría hecho lo mismo", confiesa Gan, que un año después también fue capturado y pasó cuatro años en una cárcel de Vietnam del Sur. "Las ejecuciones son muy comunes en tiempos de guerra, pero matar a un prisionero así fue muy cruel”.
También Dang, que en 1973 se unió a las fuerzas aéreas del Vietnam del Sur, condenó el asesinato extrajudicial. "Aunque el Vietcong fuera extremadamente cruel, tenía que haber ido a los tribunales, su vida debería haber dependido de los tribunales", sostiene.
Desde aquello, el general Loan quedo estigmatizado y acabó emigrando a Estados Unidos. En 1991, se vio obligado a cerrar su pizzería en Virginia cuando su identidad salió a la luz entre la comunidad local. Falleció de cáncer a los 67 años en 1998.
Aunque la icónica instantánea le valió a Adams el Premio Pulitzer, pasó el resto de su vida lamentando las consecuencias que tuvo para Loan. La fotografía, escribió en la revista "Time" en 1998, sólo mostraba una "verdad a medias”.
"Lo que la fotografía no decía era: '¿Qué haría usted si fuera el general en aquel momento y lugar, en aquel caluroso día, y hubiera atrapado a un chico malo después de que éste se hubiera cargado a uno, dos o tres estadounidenses?"