Historias de amor: ‘Amo a la gente porque tengo el amor de Dios’

Saltillo
/ 14 febrero 2016

Javier dice que su misión es llevar por el mundo la palabra de Dios

Saltillo, Coahuila. En esta historia, un hombre con neurosis contará su experiencia de vivir con el amor de Dios y sentir el Espíritu Santo regocijando en su pecho. 

Javier Eduardo se pone de pie y mira a un costado de la calle. Cierra los ojos y respira hondo. Sus manos las eleva hacia enfrente, las ondea, como si imaginara que el Espíritu Santo en forma de paloma quisiera entrar a su cuerpo. Por momentos hace sonidos extraños, luego se deja caer al suelo mientras eleva su pecho una y otra vez. 

Permanece en el suelo unos minutos y después se levanta como si nada hubiera pasado. El hombre dice que es la más fiel representación del amor de Cristo hacia él. 

Desde pequeño sufrió abuso escolar, pero fue hasta los 15 años cuando una persona entró a su casa y le habló de la palabra de Dios. 

“Enseguida me curé, yo no creía en nada, pero la palabra de Dios me curó. Ni las medicinas para la neurosis, ni los psiquiatras ni nadie podían ayudarme más que él”, expresa. 

Javier Eduardo llora porque la gente no se ama entre sí, porque tampoco lo aceptan como es. 

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“¡Qué curioso, se me acusaba que no amaba a la gente, pero ahora la amo porque tengo el amor de Dios! Yo no encontré en la psicología ni en ninguna terapia humana posible, solamente una experiencia de Dios me pudo quitar la neurosis y yo le regalo esta experiencia a la gente porque me siento triste con que la gente no se ama”, explica Javier Eduardo. 

Su misión, dice, es llevar por el mundo la palabra de Dios para que se amen. 

“La gente se obsesiona en trabajar, en ganar dinero, en ganar comodidad… pero no se aman”. 

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