Irán construye segunda planta de energía nuclear con ayuda de Rusia
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El proyecto, en la sureña ciudad portuaria de Bushehr, contará con dos plantas de energía que se espera entren en funcionamiento en 10 años
Irán comenzó a construir este sábado su segunda planta de energía nuclear con ayuda de Rusia, el primer proyecto de este tipo desde la firma de un histórico acuerdo nuclear con las potencias mundiales hace un año.
El proyecto, en la sureña ciudad portuaria de Bushehr, contará con dos plantas de energía que se espera entren en funcionamiento en 10 años. Está previsto que las obras de la segunda planta comiencen en 2018. La infraestructura costará más de 8 mil 500 millones de dólares y producirá mil 57 megavatios de electricidad.
"La construcción de la planta de energía es un símbolo de que Irán disfruta de los resultados de acuerdo nuclear", manifestó el vicepresidente Ishaq Jahangiri en la ceremonia de inicio de las obras.
"Continuaremos trabajando con Rusia como socio estratégico y amigo", agregó.
El único reactor nuclear operativo en la República Islámica, también construido en Bushehr con ayuda rusa, produce mil megavatios y comenzó a funcionar en 2011. Moscú y Teherán acordaron cooperar en futuros proyectos.
Irán tiene actualmente una capacidad de generación de 75 mil megavatios, casi el 90% de los cuales provienen de combustibles fósiles. Espera generar 20 mil megavatios de electricidad mediante energía nuclear en los próximos 15 años.
Sergey Kiriyenko, jefe de la agencia atómica de Rusia, dijo a la prensa que las plantas se construirán de acuerdo con altos estándares de seguridad, "en particular los definidos después de Fukushima". Kiriyenko aludió así a la central nuclear japonesa que resultó dañada gravemente por el terremoto y el tsunami de 2011.
El principal funcionario nuclear de Irán, Ali Akbar Salehi, dijo que el proyecto sería supervisado por la Agencia Internacional de Energía Atómica y que estaba en consonancia con el Tratado de No Proliferación. Llamó al proyecto "una nueva página en la tendencia de nuestras actividades nucleares pacíficas industriales".
Las naciones occidentales no consideran que la planta de Bushehr sea una amenaza a la proliferación nuclear, ya que Rusia suministra el combustible para el reactor y retira el usado, que podría emplearse para hacer plutonio para armas.
Rusia, junto a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y China, alcanzaron un acuerdo con Irán el año pasado por el que Teherán frenaría su programa nuclear a cambio del alivio de las sanciones que pesan sobre el país. Irán rechaza las acusaciones de Occidente de que busca fabricar armas nucleares, e insiste en que su programa atómico solo tiene fines pacíficos.