Joven mexicana conquista con alegría la cumbre de obispos en el Vaticano
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Corina Fiore Mortola Rodríguez es parte del grupo de 34 oyentes que asiste a la reunión que convoca a 267 obispos de todo el mundo y continuará debatiendo, hasta el 28 de octubre.
Gracias a su personalidad arrolladora y su notable alegría, Corina Fiore Mortola Rodríguez ha conquistado la simpatía de obispos y jóvenes de todo el mundo durante el Sínodo, una cumbre episcopal que tiene lugar estos días en el Vaticano.
“¡Corina es la jefa del lío!”, exclamó espontáneamente el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, durante una conferencia en la sala de prensa del Vaticano, tras un entusiasta discurso de la joven tapatía ante los periodistas.
Docente de canto para teatro musical en Guadalajara, ella es parte del grupo de 34 oyentes que asiste a la reunión que convoca a 267 obispos de todo el mundo y continuará debatiendo, hasta el 28 de octubre, los desafíos de la juventud en la actualidad.
En el primer intervalo de la reunión, sorprendida, le comentó a algunos de sus compañeros que no podía creer cómo el Papa compartía el café a pocos pasos. Francisco la oyó y exclamó: “Estoy acá atrás pero ven, acércate”.
“Nos dijo que hagamos lío, quiere que digamos lo que sentimos. Por eso nos pidió: ‘Quiero que en la asamblea ustedes, cuando alguna idea los mueva profundamente en el corazón, lo dejen ver. Y si no, cordialmente, aplauden en cada intervención’. Eso hemos procurado hacer”, contó Mortola Rodríguez, en entrevista con Notimex.
Consideró que la Iglesia católica está en un proceso de apertura, y que no todos sus miembros son cerrados o anticuados, porque en ella existe gran diversidad, “demasiados colores, demasiadas personalidades”.
“Quizás algunas personas se sienten indefensas ante el cambio y es normal. Es difícil hacer un cambio, sin embargo poco a poco se está viendo. Es un proceso, que sí es relevante reconocerlo”, apuntó.
Aunque los jóvenes oyentes no tienen derecho a voto en la cumbre, aseguró que sus voces son escuchadas y sus propuestas son consideradas, incluidas muchas de ellas en las conclusiones que servirán para redactar el documento final.
Reveló que los jóvenes piden un testimonio coherente en la Iglesia, el reconocimiento de las faltas y una respuesta adecuada, el incursionar más en el mundo digital e impulsar a las mujeres para que asuman rol de protagonistas en la Iglesia.
Sobre los escándalos por los abusos sexuales que han sacudido a la Iglesia en los últimos meses, aseguró que el problema ha resonado “fuerte y firme”, en el Sínodo, porque nadie está dispuesto a aceptar y aplaudir estos hechos..
“Tenemos que actuar y poner cartas sobre la mesa, pero no por eso los vamos a dejar abajo. Porque esta Iglesia no es de unos, es de todos y no porque uno se equivoque deben pagar todos. Hay que dejar de generalizar y hay que ponernos en acción, frenando estos acontecimientos, plantando cara a las problemáticas”, señaló.
“Al mismo tiempo -prosiguió- qué fácil es dar la culpa a los otros y qué difícil es ponernos también de su lado, para trabajar en conjunto”.
Reconoció que dentro del aula sinodal, algunos jóvenes han reprochado las faltas en la Iglesia y han pedido que se resuelva el problema, pero también han ofrecido unirse para afrontar juntos las dificultades.
Indicó a la migración, el desempleo, el narcotráfico y la trata de persona como los problemas que más destacaron durante la asamblea, en especial de parte de los participantes latinoamericanos.
Sobre los migrantes, instó a un cambio de actitud porque, precisó, no es posible que los católicos estén cerrados a la apertura y a la escucha de quienes migran por las guerras o por situaciones políticas que afectan gravemente a los jóvenes en su estabilidad.
“Ya todos me dicen: ahí viene la mexicana que hace argüende. Creo que es algo positivo, lo han visto tanto padres sinodales como mis propios compañeros. En cuanto al aporte, puedo ofrecer una mirada desde el corazón”, indicó, sobre su participación en el Sínodo.
“Los mexicanos, y en general los latinos, somos apasionados y siempre hablamos del corazón. No se trata de ser sensibleros y no razonar, sino de sentir fuerte estos dolores de los jóvenes, pero también desde estos sueños y esta esperanza de algo mejor”, ponderó.