Juan Pablo Meneses escribe sobre los "Niños futbolistas"

Fútbol
/ 28 febrero 2016

El periodista chileno publica ‘Niños futbolistas’, un reportaje donde da santo y seña de cómo funciona el mercado infantil dentro del deporte más famoso del mundo.

Ciudad de México.- ¿Qué hay atrás del fichaje de un crack como Messi o Neymar? El periodista chileno Juan Pablo Meneses (1969), alternó su oficio con la labor de un reclutador de futbolistas. Recorrió América en busca de la próxima estrella del balompié. En el camino conoció representantes, el de Maradona entre ellos, federativos, padres de familia, equipos que bajo el manto del Che Guevara sueñan con ser el germen del “hombre nuevo”. En ‘Niños futbolistas’ (Blackie Books), el cronista exhibe historias y personajes dignos de ficción que juntos revelan el entramado que envuelve al futbol, disciplina a la que somos capaces de personarles todo, incluyendo el comercio de menores.

Después de escribir un libro como Niños futbolistas, ¿le sigue gustando el futbol?

Me gusta mucho, pero ahora soy más consciente. Cuando hice La vida de una vaca, intenté hacer algo muy cruel con los vegetarianos y después me di cuenta de que me convertí en un carnívoro consciente. Ahora me pasa lo mismo con el fútbol. Es terrible pero es mejor tener consciencia de que el fútbol no solo es lo que pasan todos los días por televisión, sino que no sabemos cómo funciona el fútbol.

El libro cuenta la historia de un periodista, usted, que quiere convertirse en apoderado de un niño.

Sin contar el final del libro, quería mostrar cómo es la compra de un niño futbolista. Me interesaba describir el negocio y cómo terminan estas historias. Aunque la mayoría pretende llegar a ser como Messi, la realidad es todo lo contrario.

¿De qué depende?

Todos me dicen que contra el talento no hay nada, pero creo que hay más cosas. Al final depende mucho del azar.

En su reportaje alguien advierte la necesidad de ponerles límites a los niños, incluso en términos de estudios.

Es verdad. Unos dicen que si no es rápido no hay oportunidad y que es mejor si los alejamos de los grandes problemas: la novia, las drogas y los estudios. El problema es que se ha mercantilizado todo y no se piensa en el niño integral, se le ve como un caballo al que se le despoja de la parte humana. Es algo muy despiadado.

Es un tema de Derechos Humanos…

Es el tema de fondo. El futbol transforma todo en futbol. Si llevamos a un niño mexicano a trabajar ocho horas al día en un campo de algodón en Estados Unidos se dice que está siendo explotado, pero si lo hacemos en Europa y en un campo de futbol decimos que es el próximo ‘Chicharito’ y que será la estrella del equipo. Los grandes problemas, miserias, dificultades y contradicciones no se ven porque es sólo futbol.

¿Por qué la permisibilidad?

Porque el fútbol es la telenovela de los hombres y como en toda telenovela, queremos finales felices, donde la niña pobre se queda con el hijo del millonario. Queremos que el niño pobre como Messi termine jugando en Europa. Sólo conocemos finales felices.

Tras su investigación nadie sale limpio, ni los clubes ingleses, ni los representantes o las familias.

Nadie sale limpio. Ni siquiera yo. El gran club innovador que ha transformado todo es el Barcelona y todos lo imitan. Por eso Manchester United se llevó a todos los que armaron el proyecto de Barcelona. El escándalo actual es por los derechos de televisión, pero el próximo será por la compra y venta de menores. En ese sentido el Barcelona lo ha hecho muy bien.

La FIFA estará consciente de esto…

Me invitaron a dar una charla al Sindicato Mundial de Futbolistas, desde ahí hicimos un llamado y la FIFA se hizo la sorprendida. Me cuesta trabajo creer que no sepan qué sucede cuando son ellos mismos quienes organizan campeonatos de menores donde en las tribunas hay reclutadores.

Hay también una importante responsabilidad de las familias. Usted mismo cuenta acercamientos con padres a quienes se les iluminan los ojos cuando se habla de dinero.

La familia también quiere jugar. Yo tenía un temor muy grande de preguntarles a los padres en cuánto me vendían su hijo. Sabía que sus reacciones iban a ser importantes pero en lugar de pegarme o denunciarme a la policía, les brillaban los ojos al hablar de dinero. Incluso a algunos les faltó poco para abrazarme. Además con mucho orgullo presumen que el niño está en el fútbol y no en el tema de la droga; es un orgullo extraño como si los niños estuvieran destinados a ser Messi o el Chapo. Eso termina siendo más complejo que la aspiración o la ilusión que puedan tener los niños.

Apunta que Argentina es el país con más mercado…

Sí, porque tiene a Messi, pero le sigue Brasil, México. En el libro hablo del caso de un chico mexicano que sigue haciendo carrera.

Al ser usted investigador y cómplice, dado que se muestra como un reclutador, ¿Qué límites éticos se planteó?

Mi ética ahí está. Soy fiel a lo que veo y lo muestro. No soy un héroe ni un santo, el mundo es demasiado complejo y tiene tantas contradicciones que no podría decir qué está bien o mal, sólo lo muestro.

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