La bodega Milestii Mici vende tres mil botellas de vino a la Reina Isabel

Vida
/ 21 enero 2019

    El certificado Guinness lo atestigua y el gobierno la declaró patrimonio nacional. Es la bodega de vinos más grande del mundo.

    El certificado Guinness lo atestigua y el gobierno la declaró patrimonio nacional. Es la bodega de vinos más grande del mundo. Más de 200 kilómetros de túneles de 80 metros de profundidad que se recorren en automóvil y que contienen 55 kilómetros de producción de vino en barriles para casi dos millones de botellas de vino de colección

    Se trata de la bodega de Milestii Mici, en un pueblo del mismo nombre, en la pequeña República de Moldavia

    Es una ciudad vinícola con miles de barriles de madera de los montes de los Cárpatos, donde envejecen decenas y decenas de millones de litros de vino. 

    La botella más cara cuesta mil euros y la más barata 10 euros. La reina Isabel es su clienta más ilustre: compra tres mil botellas al año. 

    Es un ejemplo único en Europa de la reconversión de una mina. Sus piedras se usaron para construir Chisinau, la capital de la antigua República Soviética de Moldavia, a unos 30 kilómetros de distancia. Deseada por los soviéticos en los años 60, la Milestii Mici sigue siendo hoy, como en la época del comunismo, una bodega estatal. 

    "En 1985 -explica Eduard Cotovichi, del departamento de turismo de la bodega Milestii Mici- se introdujo una ley muy especial en toda la Unión Soviética”. 

    En todas partes había un grave problema de alcoholismo, por lo que el líder comunista (Mijail) Gorbachov dio órdenes de eliminar todas las viñas y de destruir todas las botellas de alcohol. Fue un duro golpe para los productores de vino, especialmente en esta zona", recuerda. 

    Continúa: "Pero el director de la bodega de esa época, un personaje muy listo, hizo construir una enorme sala secreta con una puerta de piedra de cinco toneladas que se abría empujándola sobre rieles”. 

    Cuenta que “ahí colocaban las mejores botellas de la bodega divididas por añadas. Hace años que la habitación está vacía. Las botellas fueron devueltas a su lugar. Como habréis notado, no hay botellas de 1985 porque precisamente en ese año no hubo producción”. 

    La viticultura en Moldavia existe desde hace miles de años. Sin embargo, fueron los franceses los que enseñaron a los moldavos las técnicas de la vinificación. 

    Los invitó el zar Alejandro I de Rusia a principios del siglo XIX. Así, es una tradición no de muy larga duración pero que está dando resultados sorprendentes. 

    La temperatura va de los 12 a los 14 grados, y la tasa de humedad es de entre el 85 y el 95 por ciento. Es un estándar perfecto para almacenar vino.

    El Negru de Purcari, el Pinot Nero, el Sauvignon y el Truminer son algunos de los excelentes vinos de Moldavia. Unos vinos que colocan a esta nación en la cima del mundo para las exportaciones. 

    En 2005 -explica Dorina Bragari, del departamento de ventas, en el interior del punto de venda de Milestti Mici- nos incluyeron en el Libro Guinness de los Récords como la mayor colección de vinos de todo el mundo”. 

    En 2005 teníamos, dijo, “1.5 millones de botellas de vino y ahora tenemos alrededor de dos millones. No hay otra colección como la nuestra". 

    "El 70 por ciento de nuestras exportaciones -agrega Dorina- están destinadas a China. El siete por ciento va a los Estados Unidos, otro siete por ciento a Polonia, seis por ciento a Estonia. En 2007, tras el embargo contra Rusia, China se convirtió en nuestro principal mercado", puntualiza. 

    La pequeña tierra de Moldavia, que desde 1992 es una república soberana, necesita una economía de mercado estable para deshacerse del triste título de país más pobre de Europa. La industria del vino puede, sin duda, representar un primer paso para nuevos escenarios de negocios. 

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