La historia de los monjes-guerreros: Los desconocidos templarios
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La Orden del Temple, una de las más célebres e innovadoras de la Edad Media que siempre estuvo rodeada por una de las leyendas más evocadoras de la cristiandad, la el Santo Grial, encierra aspectos tan impactantes como poco conocidos
“Los caballeros templarios formaban una orden religiosa y militar con un enorme poder, que conquistaba y abatía en la batalla a sus adversarios con la finalidad divina de reconquista espiritual y terrenal”, según la doctora Carolina Godayol, directora general de ‘The History Channel’ Iberia (THCI).
“Los templarios alcanzaron un inmenso poder económico y político, cuyas fronteras expandieron para aumentar todavía más el control social y espiritual”, señala Godayol, prologuista del libro “Templarios. En busca del Santo Grial’, basado en Territorio Templario, la segunda serie de producción propia sobre templarios de televisivo Canal Historia.
Añade que hay muchos aspectos conocidos de la Orden del Temple: el rigor, la fortaleza y la disciplina, además de la riqueza y la organización financiera, la constancia y la convicción, que permitió a estos guerreros de Dios llegar a conquistar un vasto territorio, proteger a los peregrinos y recuperar el control de Tierra Santa y algunas reliquias sagradas del cristianismo.
“Pero hay otros aspectos relevantes y menos conocidos, como la vasta extensión e influencia de los templarios desde Axum, en Etiopía, hasta Escocia; o su gran presencia en Portugal, Aragón, el Mediterráneo, Baleares y la costa española, donde se asentaron en su último fuerte-templo, en el castillo de Peñíscola, antes de la desintegración, al menos temporal, de la Orden”, apunta.
Consultada sobre algunos de los aspectos más impactantes pero en general ignorados sobre estos caballeros-guerreros, esta doctora en Ciencias de la Información, recalca que “en el contexto medieval, la Orden del Temple fue profundamente innovadora”.
UNA PARADOJA SOCIAL
“La idea de que un monje pudiera ser a la vez un soldado fue un escándalo en la época. Debido a la estructuración en estamentos de la sociedad medieval, cada grupo se centraba en su labor, los clérigos oraban, los nobles guerreros combatían y los campesinos alimentaban a los demás”, señala Godayol.
Explica que la figura del monje-soldado resultaba una mezcla aberrante para la época, que había establecido una separación muy clara entre clérigos y guerreros.
“Costó que se aceptara la idea de que un religioso pudiera dedicarse a la guerra y ejercer la violencia”, enfatiza.
Otro aspecto “rompedor para la Edad Media” destacado por Godayol “fue que los templarios constituyeron un ejército profesional, en una época en que los ejércitos de los señores feudales estaban constituidos mayoritariamente por campesinos, mal armados y peor equipados, que luchaban por su vida sin conocimientos militares reales”.
“Los templarios entrenaban a diario con sus armas, aprendieron a construir las fortalezas necesarias para conservar lo conquistado, crearon una flota de guerra y eran expertos en estrategia y tácticas militares”, explica Godayol.
Puntualiza que “algunos historiadores actuales los consideran como ‘las fuerzas especiales’ de la Edad Media”.
EL SAGRADO Y ENIGMÁTICO GRIAL
Otra característica curiosa de la Orden es que los templarios se convirtieron en los primeros banqueros de Europa. Recibían donaciones, recolectaban impuestos, organizaban ferias y comerciaban con los productos de sus encomiendas.
“Con el tiempo crearon su propia flota mercante capaz de transportar peregrinos, soldados y todo tipo de artículos por el Mediterráneo. De hecho, a principios del siglo XIII empezaron a prestar dinero a los nobles y reyes europeos”, indica.
En ese sentido, la directora de THCI comenta que “el Templo de París -cuartel general que construyeron en 1140 en Francia-, fortificado y amurallado, fue uno de los centros financieros clave de Europa, y es probable que la Orden del Temple fuera un modelo para las empresas comerciales que surgieron en Italia y los Países Bajos, dos siglos después”.
Godayol también explica otros aspectos poco conocidos e impactantes sobre una de las leyendas más evocadoras y populares que rodean a esta Orden: el Santo Grial, una de las reliquias de mayor trascendencia para el cristianismo.
“Lo más llamativo es que no sabemos con certeza qué es el Santo Grial”, enfatiza.
La historia de esta reliquia “tiene su origen en cantares de gesta del siglo XII y conexiones con leyendas celtas, la saga del Rey Arturo y antiguos mitos germánicos rastreados por los nazis. Se le ha relacionado también con los cátaros, una secta religiosa del sur de Francia que fue exterminada por herejía en la Edad Media”, de acuerdo a Godayol.
Asegura que, según la idea más extendida “se trataría de un cáliz, bien el utilizado por Cristo en la última cena, bien el empleado por José de Arimatea para recoger la sangre que fluía del costado de Cristo durante la crucifixión”.
Destaca que se relaciona al Grial con la Orden del Temple porque, “supuestamente, habrían sacado de Tierra Santa las reliquias halladas bajo el Templo de Salomón, durante su estancia en Jerusalén”.
“Nunca se definió exactamente de qué reliquias se trataba, pero en la Edad Media se sospechaba que podría tratarse del Arca de la Alianza, del Santo Grial o de ambas”, apunta.
Explica Godayol que en ese período de la Historia las reliquias eran símbolos de esperanza.
“El creyente pensaba que la cercanía de objetos santos y su tacto creaba un vínculo espiritual con el cielo, por lo que la idea de que las reliquias habían sido trasladadas desde Jerusalén a Occidente resultaba tremendamente atractiva para el imaginario medieval”, concluye la experta.