Llega "La peste" de la mano de Alberto Rodríguez al Festival de San Sebastián

Tras coronarse en los Goya con "La isla mínima", el cineasta Alberto Rodríguez marca un hito en el Festival de San Sebastián con la presentación de la serie "La peste", la primera que se muestra en la Sección Oficial del certamen.

Ésta marca además el debut de la plataforma Movistar+ con una producción propia que se presenta como "la serie más ambiciosa del cine español". Y, al menos a juzgar por los dos primeros capítulos que pudieron verse, su factura resulta imponente.

Rodríguez toma como punto de partida su Sevilla natal, pero retrocediendo hasta el siglo XVI para contar una oscura historia de corrupción e intrigas en una ciudad asolada por la peste. No obstante, reconoció en entrevista con dpa, aquella situación es fácilmente extrapolable a nuestros días pues, en cierto modo, la peste sirve como metáfora.

"La peste es la crisis, alcanzó a todos y negoció con todo, empezando con el hambre. Era oportunidad y peligro", añade el guionista y también servillano Rafael Cobos. "Cuenta hasta qué punto la peste es una consecuencia del acto humano y cómo el propio ser humano la gestiona".

En la serie, el hasta ahora casi desconocido Pablo Molinero da vida a un ex militar que honrando su palabra regresa a Sevilla en busca del hijo de un amigo. Arrestado por la Inquisición, si quiere salvar su vida tendrá que resolver una serie de crímenes con tintes siniestros que están teniendo lugar en la ciudad, bajo la sombra de una plaga de peste.

Que temas como la violencia en su versión más siniestra o la corrupción entronquen con trabajos anteriores del director de "El hombre de las mil caras" es algo que se dio por casualidad, confiesa Rodríguez. "Partimos de plantearnos cómo sería Sevilla en aquel tiempo en que fue la capital económica del imperio. En ese sentido, entendemos la serie como un fresco de lo que era la ciudad en el siglo XVI”.

Así, cuenta que tuvieron que desterrar muchas ideas preconcebidas y se vieron sorprendidos cuando, al documentarse sobre la época, averiguaron cosas como que entonces el diez por ciento de la población eran negros, que se llegaron a hablar más de 50 idiomas o que cuando arribaban los barcos cargados de oro y plata fluctuaba el precio de estos metales en Asia.

"El esfuerzo más complicado fue darnos cuenta de que estábamos pensando como guionistas del siglo XXI, pero hablamos del siglo XVI", recalca el director. No obstante, la recreación de la época es uno de los aspectos más aplaudidos de "La peste": con un presupuesto de diez millones de euros para los seis capítulos, Rodríguez afirma que "se nota que el dinero está ahí".

"En Sevilla hay una tienda de disfraces que se llama Pichardo", explica, "y durante el rodaje decíamos: si algo de aquí parece que lo habéis comprado en Pichardo, lo quitamos". Bromas aparte, sostiene que han sido "muy rigurosos" en cuanto a dirección artística, fotografía, vestuario y maquillaje, pero lógicamente, "La peste" no es comparable a otras series internacionales que manejan presupuestos muy superiores.

Aunque no es su primera experiencia en el formato -ya rodó parte de la primera temporada de la serie "Hispania"-, Rodríguez sostiene que la principal diferencia con el cine es lo agotadora que resulta una serie. "Es como estar acostumbrado a correr diez kilómetros y, de pronto, tener que correr 50". No obstante, añade Cobos, la mayor extensión "ha venido bien para poder desarrollar ciertas subtramas”.

"Creo que estamos en una época de ajuste", explica Rodríguez sobre el peso que están cobrando las series frente al cine. "Me niego a pensar que las películas vayan a desaparecer y creo que la función de un festival es principalmente mostrar películas, pero me parece bien que se incluyan series y otro tipo de formatos", agrega sobre su presencia pionera en la Sección Oficial del certamen, aunque fuera de concurso.