Los cuatro perfiles de un sicario... ¿quiénes son y cuáles son los más peligrosos?
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En el país existen cuatro perfiles de sicarios: el marginal, el antisocial, el psicopático y el sádico
Los comportamientos, personalidad y maneras de pensar de los sicarios mexicanos son descritos por la doctora Arcelia Ruiz Vázquez en la investigación Personalidad, valores y motivación criminal del sicario en México.
La egresada del doctorado interinstitucional en Psicología, avalado por cinco universidades, incluida la Universidad de Guadalajara (UdeG), realizó cuarenta entrevistas en Guerrero y tomó en cuenta otras 40 proporcionada por colegas que trabajan en la rama criminalística.
Los especialistas proporcionaron entrevistas que hicieron en los estados de Guerrero, Michoacán, Aguascalientes, Nayarit, Chihuahua y Baja California.
Ella dividió a los sicarios en cuatro grupos: marginal, antisocial, psicopático y sádico, y con base en las características encontradas planteó un modelo de intervención para prevenir las conductas violentas y delictivas en la población infantil y juvenil, pues es la población vulnerable para ser reclutada por el crimen organizado.
En el país se puede decir que existen cuatro perfiles de sicarios: marginal, antisocial, psicopático y sádico:
Sicario marginal Proviene de zonas rurales de extrema pobreza. Sus padres no tienen los recursos suficientes para la manutención de la familia, por lo que aceptan ingresar a la delincuencia organizada en actividades de cultivo de drogas, recolección y transporte. Es frecuente que éstos involucren a sus hijos desde los 8 o 9 años, explicó.
Posteriormente, estos hijos desarrollan otras tareas como cuidado de casas de seguridad, acompañamiento en extorsiones y secuestros. De manera paulatina se insensibilizan ante los daños a terceros, y después de un entrenamiento se le asignan las primeras ejecuciones.
En este tipo de sicario no hay disrupción de normas sociales durante la niñez y adolescencia, tampoco comportamientos antisociales como robos y peleas. El factor económico es el motivo por el cual ingresan a la delincuencia organizada, y ya dentro del crimen tienen conductas antisociales.
La investigadora aclaró que no todos los que entran al crimen organizado desde niños por el factor económico llegan a ser sicarios. Los jefes, para escogerlos, toman en cuenta algunas características como agresividad, impulsividad, temeridad y búsqueda del placer constante; de lo contrario, dejan que desarrollen otras tareas como cuidadores de casas de seguridad o transportistas de drogas ilegales.
Sicario antisocial Se desarrolla en un ambiente propicio para el crimen, dentro de zonas conurbadas con altos niveles de marginación social, económica y académica.
Estos sicarios provienen, por lo general, de familias altamente disfuncionales donde es frecuente la violencia, el maltrato y las adicciones, y en las que incluso el delito es una forma de vida aceptada y alentada.
Estos individuos suelen, en un principio, unirse a pandillas y cometen delitos menores como robos o venta de droga. Luego, son invitados por familiares o amigos a incursionar en la delincuencia organizada en actividades de bajo rango, generalmente como informantes o “halcones”, posteriormente en la venta de droga, cuidadores de alguna casa de seguridad y extorsiones, hasta que llegan a cometer homicidio.
Durante la niñez estos sujetos desarrollan el trastorno de oposicionista desafiante. Por ello, constantemente son expulsados de las escuelas, tienen conflictos con la autoridad, rompen normas y cometen robos.
En la edad adulta presentan el trastorno antisocial de la personalidad, con baja tolerancia a la frustración, impulsividad, violencia reactiva, temeridad, búsqueda del placer constante, de satisfactores inmediatos y la violación de normas sociales con la comisión de delitos, y tienen necesidad de reconocimiento y visibilidad social.
Este sicario no experimenta remordimiento cuando mata al rival o al traidor “porque lo merece”, pero pueden experimentar culpa cuando matan a personas ajenas al contexto criminal como niños o mujeres, la cual amortiguan mediante el consumo de sustancias, pero conforme pasa el tiempo se desensibilizan y habitúan a la violencia, entonces cada vez realizarán las ejecuciones con mayor agresividad.
Los sicarios marginal y antisocial están inmersos en la narcocultura, en la que el honor, la lealtad, la violencia y el hedonismo son su sistema de valores. “Entonces, traicionar al grupo criminal merece la muerte”.
Sicario psicopático
Puede desarrollarse o no en ambientes con tendencia al crimen, y no necesariamente sufre marginación económica, pero sí suele provenir de familias disfuncionales con afectaciones psíquicas y afectivas, con maltrato excesivo o abusos físicos y sexuales de los padres, con casos de asesinatos o comisión de delitos.
Desde pequeños registra comportamientos antisociales como lesiones, robos y venta de droga, y ve en la delincuencia organizada un futuro prometedor, a la que ingresa con actividades de bajo rango.
Tiene un ascenso rápido por su capacidad de liderazgo, manipulación, encanto superficial (es simpático) y las habilidades cognitivas que le permiten la planeación estratégica de sus crímenes.
Es inteligente, agresivo, planea; actúa con frialdad emocional, es manipulador y no tiene remordimientos. Puede matar por igual al traidor, al rival, al niño, a la mujer embarazada o a una familia completa sin sentimientos de culpa. No tiende a la ostentación como lo hace el sicario antisocial.
El sicario picopático funge como líder de células criminales o a él le son encomendados los trabajos especiales. Su motivación principal para sus actividades criminales, a las cuales considera una profesión, es que recibe altos ingresos.
Sicario sádico El sicario sádico, un perfil que comparte las características del perfil psicopático, pero con la distinción de que su motivación criminal se basa en la necesidad de ejecutar el asesinato con inminentes rasgos de sadismo, por lo que busca producir el mayor sufrimiento posible a sus víctimas.
Se caracteriza por disfrutar el proceso de ejecución y eventualmente buscará mejorar sus técnicas de tortura para ampliar el dolor de la víctima con el fin de obtener mayor satisfacción; incluso puede realizar videograbaciones durante esos episodios para posteriormente recrearse con ellas.
Aunque la motivación primaria del sicario sádico es de índole psicológica, las ganancias económicas que recibe refuerzan su actividad sicarial.
¿Qué pasa con los sicarios? La investigación asegura que existen otros factores que pueden ser detonantes en las personas para tener aspiraciones sicariales, tales como ver al sicariato como un modelo de vida a seguir y la cultura actual que tiende a enaltecer estas figuras, lo que contribuye a fomentar esta actividad criminal y que sea vista con normalidad y admiración.
La investigación concluye que el origen de los sicarios se debe a factores tanto psicológicos como socioculturales. Otros factores son los ambientales como la disfunción familiar, pobreza, fracaso escolar y el auge de la narcocultura.
Con información de UdeG e Infobae