Luis Almagro, secretario general de la OEA, acusa a Evo de cometer 'golpe de Estado' en Bolivia

Internacional
/ 13 noviembre 2019

Luis Almagro afirmó que ocurrió un golpe de Estado en Bolivia cuando se cometió fraude electoral el pasado 20 de octubre, elecciones que le dieron el triunfo a Evo Morales

ESTADOS UNIDOS.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó este martes que Evo Morales es el verdadero artífice de un golpe de estado tras haber ‘cometido fraude electoral’ el pasado 20 de octubre.

"En Bolivia hubo un golpe de Estado el 20 de octubre cuando Evo Morales cometió fraude electoral”, declaró Almagro en sesión extraordinaria de la OEA.

Almagro indicó un intento de ‘autogolpe’ en el caso de Bolivia indicando fraude electoral en dicho país el pasado 20 de octubre.

El secretario de la OEA afirmó que le fue en el alma el intento de autogolpe de un presidente indígena.

Este martes fue convocada a una sesión extraordinaria de la OEA a solicitud de Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, Perú, República Dominicana y Venezuela, informó la OEA en un comunicado.

Venezuela está representada en la OEA por un emisario del líder opositor, Juan Guaidó, y no del gobierno de Nicolás Maduro, aliado de Morales. 

El orden del día publicado por la presidencia del Consejo Permanente, ocupada actualmente por Guatemala con vicepresidencia de Brasil, incluye el informe del "análisis de integridad electoral" de los comicios del 20 de octubre en Bolivia.

Los hallazgos preliminares de esa auditoría, realizada en acuerdo con el gobierno de Morales, describen "irregularidades" que ameritan una nueva votación, según el reporte difundido el domingo.

"El equipo auditor no puede validar los resultados de la presente elección, por lo que se recomienda otro proceso electoral. Cualquier futuro proceso deberá contar con nuevas autoridades electorales para poder llevar a cabo comicios confiables", indicó el texto.

Horas antes de su sorpresiva dimisión el domingo, Morales había llamado a nuevos comicios. Su renuncia, presionado por militares, policías y por la oposición, que le exigieron dejar el puesto que ocupaba desde 2006 con el fin de pacificar el país, fue denunciada como un "golpe de Estado" por gobiernos de izquierda de América Latina, entre ellos México, Cuba, Argentina, Venezuela y Uruguay.

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