'A Maradona lo mataron'... abogado de enfermera que cuidó a Diego antes de su muerte

Fútbol
/ 17 junio 2021

Dahiana Gisela Madrid fue indagada durante más de cinco horas como acusada de "homicidio simple con dolo eventual"

"A Maradona lo mataron", dijo este miércoles el abogado de la enfermera Dahiana Madrid, al apuntar a los médicos tratantes del ídolo del futbol como los responsables de su muerte en 2020, mientras convalecía de una cirugía por un hematoma en la cabeza.

La enfermera que cuidaba a Diego Armando Maradona durante el día y que fue la primera en intentar reanimarlo cuando hace casi siete meses murió en una casa de un country de Tigre, ratificó este miércoles que nunca pudo tomarle los signos vitales, que tenía una mala relación con él y que las personas que lo acompañaban no la dejaban entrar a su habitación.

La enfermera, que estaba de guardia el día en que murió Maradona, acudió este miércoles ante la fiscalía de San Isidro, a las afueras de Buenos Aires, por ser sospechosa de homicidio junto a otros seis miembros del equipo médico que atendía al exfutbolista.

Dahiana Gisela Madrid fue indagada durante más de cinco horas como acusada de "homicidio simple con dolo eventual", en perjuicio del ex astro del fútbol mundial, un delito que la podría llevar a la cárcel en un futuro juicio oral entre 8 y 25 años.

Tal como había dicho cuando declaró en dos oportunidades como testigo, Madrid ratificó que nunca pudo revisar ni tomarle los signos vitales a Maradona, que tenía mala relación con él y que sus allegados no la dejaban entrar a la habitación, informó la agencia Télam.

También reiteró que aquella mañana del 25 de noviembre, día del fallecimiento, en un momento le dio la sensación, por lo que escuchó, que Maradona se levantó para orinar en el baño portátil que tenía junto a la cama, dentro de la habitación, pese a que la junta médica concluyó que a esa hora ya estaba agonizando.

Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020 debido a una crisis cardiorrespiratoria mientras estaba solo en su cama en una casa del barrio privado San Andrés, al norte de Buenos Aires, donde se recuperaba de una cirugía de la cabeza por un hematoma subdural.

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