Martin Walser cumple 90 años de prolífica literatura
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Considerado por detrás de Günther Grass como una de las mejores plumas que ha dado la literatura germana en la época reciente, Walser se desprende de las etiquetas que a lo largo de una vida le han colgado a la espalda y relativiza sus logros y reconocimientos.
Martin Walser cumple hoy 90 años y lo hace consolidado como un autor prolífico, tanto en número de obras como en géneros cultivados, que figura como uno de los escritores más significados de las letras alemanas contemporáneas.
Considerado por detrás de Günther Grass como una de las mejores plumas que ha dado la literatura germana en la época reciente, Walser se desprende de las etiquetas que a lo largo de una vida le han colgado a la espalda y relativiza sus logros y reconocimientos.
"No doy mucha importancia a esas clasificaciones", señaló en enero después de ser coronado como el intelectual más importante de Alemania por la revista germana de política "Cicero".
"Hubo una lista de 'Cicero' en la que el papa Benedicto XVI estaba en el primer lugar y yo iba después. Ahora yo me coloco por delante. Me parece muy entretenido", añadió un hombre prófugo tanto de los alardes como de la falsa modestia.
Nacido en 1927 en el seno de una familia católica de hosteleros de Baviera, en el sur de Alemania, con tan solo doce años comenzó a escribir sus primeros poemas. Tras la Segunda Guerra Mundial estudió filología alemana, especialidad en la que se doctoró con una tesis sobre la obra de Franz Kafka.
Arrastrado por su compromiso social, se unió al Grupo 47, que buscaba revitalizar la literatura alemana de posguerra. En 1955 publicó "Un avión sobre la casa", su primera colección de relatos con la empezó a darse a conocer. Dos años más tarde vería la luz su primera novela "Matrimonio en Philippsburg".
Sería tan solo el comienzo de una vasta obra que se completaría con la publicación de novelas, piezas de teatro, poemas, ensayos, cuentos o artículos. Títulos como "Más allá del amor" o "Una fuente inagotable" se sirvieron para ser encumbrado como un autor de fama internacional.
En 1962 obtuvo el Premio Gerhart Hauptmann, en 1981 el Premio Georg Büchner y en 1998 el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes.
Walser ha practicado todos los géneros y, durante toda su vida, ha hecho gala de una intensa productividad que no se ha visto mermada por los achaques de la edad. No en vano, en los últimos cinco años ha publicado cuatro novelas, además de otras obras.
"Para mí escribir es lo más importante", ha reconocido en más de una ocasión.
Su condición de narrador, ensayista y dramaturgo de éxito no le ha servido, sin embargo, para blindarse ante grandes polémicas. En 2015, tras publicar "Muerte de un crítico" fue calificado de antisemita por una prensa alemana que le acusaba de vengarse en este libro del crítico literario Marcel Reich-Ranicki, de origen judeo-polaco, así como de incluir en sus páginas todo tipo de prejuicios en contra del pueblo judío.
No era, sin embargo, la primera vez que se cuestionaba su posición en torno al Holocausto. Ya con anterioridad, cuando fue galardonado por la asociación de libreros alemanes, levantó ampollas con un discurso en el que pedía que Alemania normalizara la relación con su historia e insinuaba que algunas organizaciones habían instrumentalizado el asesinato masivo de judíos por parte del régimen nazi.
Cuando cumplió 85 años, Martin Walser señaló que no tenía ninguna intención de abandonar su actividad literaria. "Cuando tenía 30 años pensaba que lo que no has escrito con 50 no debe escribirse nunca. Ahora digo que escribo algo que en aquel entonces no podría haber escrito", indicó.
En una carrera contra el tiempo que a los 90 años parece irrenunciable, el autor apura sus historias y se rebela a seguir el ejemplo de otros compañeros que se han retirado del mundo de las letras. "No sé hacer otra cosa, solo escribir", asegura.