Más de la mitad de los crímenes de odio en EU no se denuncian
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Más de la mitad de los 250,000 crímenes de odio ocurridos cada año entre 2004 y 2015 quedaron sin reportar a las autoridades por varios motivos.
La mayoría de los crímenes de odio sufridos por residentes en Estados Unidos durante un periodo de 12 años no se reportaron a la policía, según un nuevo informe federal publicado el jueves. El estudio avivó los temores de los activistas sobre las tensiones entre las fuerzas de seguridad y las comunidades negras y latinas.
Más de la mitad de los 250,000 crímenes de odio ocurridos cada año entre 2004 y 2015 quedaron sin reportar a las autoridades por varios motivos, según un informe especial sobre crímenes de odio de la Oficina de Estadística de Justicia. En la mayoría de los casos, los crímenes de odio no se reportaron porque se gestionaron de otro modo. Pero también hubo gente que no dio parte porque no creía que el episodio fuera importante o que la policía fuera a ayudar.
El informe, basado en un sondeo sobre hogares, es uno de varios estudios que intentan cuantificar este fenómeno. El documento se publica antes de una reunión el jueves del Departamento de Justicia con fuerzas de seguridad y expertos para tratar crímenes de odio, incluyendo una falta de datos firmas sobre el problema a nivel nacional. Estaba previsto que el secretario de Justicia, Jeff Sessions, ofreciera unas palabras.
El nuevo sondeo muestra los límites de las denuncias de crímenes de odio, señaló Brian Levin, director del Centro del Estudio de Odio y Extremismo en la Universidad del Estado de California.
“Muchas víctimas no denuncian los crímenes de odio por motivos personales e institucionales”, dijo Levin. Por ejemplo, algunos inmigrantes latinos pueden ser reacios a llamar a la policía tras un aparente crimen de odio por miedo a ser deportados, señaló.
Los activistas creen que el problema está empeorando ahora que el gobierno de Donald Trump intensifica la aplicación de las leyes de inmigración.
La comunidad más victimizada fue la hispana, según el reporte, seguida por la negra.
“Creo que este informe muestra la clase de miedo que existe en nuestras comunidades”, dijo Patricia Montes, directora ejecutiva de Centro Presente, un grupo de defensa de los inmigrantes con sede en Boston. Montes teme que en el futuro, los latinos sean aún más reacios a denunciar los crímenes de odio.
El nuevo reporte no identificó un aumento significativo en el número de crímenes de odio entre 2004 y 2015. Citó los prejuicios raciales como la motivación más frecuente, con el 48% de los casos entre 2011 y 2015. Los crímenes de odio por motivos étnicos eran el 35% de esos casos, y los derivados de la orientación sexual en torno al 22%. Casi todos los encuestados dijeron que sentían haber sufrido un crimen de odio por algo que dijo el agresor.
La clasificación de los crímenes de odio ha sido desde hace años un desafío para las fuerzas de seguridad. Aunque la desconfianza de algunas víctimas hacia la policía hace que no den parte, señaló Levin, algunas víctimas de la comunidad LGBT deciden no denunciar un crimen de odio por miedo a perder un empleo o a que su familia se entere de su orientación sexual.
Levin dijo que muchas grandes ciudades afirman que no sufrieron crímenes de odio, lo que pone en duda la fiabilidad de los datos federales de crímenes de odio, basados en informes voluntarios de los departamentos de policía. “Tenemos a Columbus, Ohio, que reporta más crímenes de odio que el estado de Florida”, señaló.
Eric Treene, asesor especial del Departamento de Justicia sobre discriminación religiosa, lamentó la falta de datos fiables sobre crímenes de odio durante una vista ante el Comité de Justicia del Senado en mayo, señaló que la información incompleta impide que las autoridades comprendan por completo el problema.
Sin embargo, señaló que el Departamento está comprometido con perseguir los crímenes de odio, a pesar de que algunas voces críticas han acusado a las duras medidas y palabras del gobierno de Trump de impulsar un aumento en estos delitos. Varios grupos de derechos civiles dijeron que limitarse a investigar y procesar los crímenes de odio no bastaría.
“Hace tiempo que es hora de que el gobierno de Trump y el Departamento de Justicia de Sessions demuestren, con acciones y su megáfono, su compromiso completo y firme a la prevención de la violencia y el acoso basados en el odio que dañan nuestras comunidades y destruyen el tejido de nuestra nación”, afirmó Vanita Gupta, que fuera máxima responsable de derechos civiles en el Departamento de Justicia durante el gobierno de Obama y presidenta de The Leadership Conference on Civil and Human Rights.