Narra joven saltillense la pesadilla del sismo ocurrido en la Ciudad de México
La joven quien ha vivido en México desde los 15 años de edad, aseguró que su Universidad no sufrió daños mayores
A los 20 años, su padre vivió en carne propia el trágico terremoto que marcó la historia de México aquel 19 de septiembre de 1985, en el que miles de personas perdieron la vida. Hace unos días, en la misma fecha, en la misma ciudad, y también con 20 años de edad, la joven saltillense Alyha Gutiérrez vivió los mismos instantes de incertidumbre que su papá.
“Nunca había sentido pánico en toda mi vida hasta que vi cómo todo el edificio se estaba moviendo”. Con un aire aún de desconcierto, así fue como la estudiante de licenciatura en turismo cultural en la Universidad Anáhuac, describió en entrevista a VANGUARDIA, su testimonio tras lo ocurrido el pasado martes 19 de septiembre en la Ciudad de México.
Con movimientos en sus manos con los que imita el vaivén de los objetos que había a su alrededor, Alyha recuerda que se encontraba en una clase de cata de vinos cuando inició un leve temblor de la tierra.
“Acabábamos de entrar al salón, teníamos todas estas copas de cristal. Estábamos viendo hacia el frente y comenzó a moverse el salón, comenzaron a verse las luces parpadear. Empezó leve, y todos dicen “empezó un sismo” y todos nos paramos pero al momento en el que nos paramos, empieza fuerte”, relata la estudiante.
“Todos salimos corriendo, todos dejamos nuestras cosas adentro y ya estando afuera, comenzamos a hablarles a nuestras familias. No había red, se habían caído las líneas y todavía se veía los cristales moviéndose, todas las antenas de radio que están cerca moviéndose súper fuerte”, agregó al relatar los primero minutos tras el temblor.
La joven quien ha vivido en México desde los 15 años de edad, aseguró que su Universidad no sufrió daños mayores, sin embargo, el miedo comenzó a invadirla al momento de enterarse de lo que pasaba al sur de la ciudad, tras ver un video en redes sociales en el que se caía un edificio en la colonia Condesa.
“Hubo personas llorando, preocupadas hasta por sus perros, porque habían dejado a sus perros en el departamento y porque ahora ya no sabían lo que había pasado. Hubo mucho pánico porque no nos dejaban entrar a la escuela por temor a que surgiera una réplica. Tuvimos que esperar 40 minutos para movernos”, recuerda.
DURMIENDO A LA INTEMPERIE
Por seguridad Ahyla optó por dormir fuera de su casa, “las primeras horas yo sabía que no podía ir a mi casa, y lo primero que hice fue llamar a mis vecinos para ver si estaban bien. Por cuestión de seguridad nos fuimos a la casa de un solo piso en el que estábamos ocho personas”
Luego de la incertidumbre y el pánico, la joven saltillense se movilizó para salir lo antes posible de la Ciudad de México para regresar a Saltillo.
“Mi papá vivió el sismo del 85 justo en la Ciudad de México a la misma edad que tengo. Cuando se entera de la magnitud me habla y me dice: ‘Te tengo que sacar de ahí’, porque por cuestiones de seguridad no podía regresar a la casa y además comenzaría el desabasto de alimentos y otros recursos, relata.
Fue así como Alyha Gutiérrez viajó a Toluca, lugar en el que por el caos, quedó atrapada durante tres horas en las casetas de viaje, posteriormente se trasladó a Monterrey para finalmente llegar con bien a Saltillo.
Ahora en casa y con sus padres, la joven saltillense se siente segura, sin embargo, afirma que no puede dejar de sentir impotencia al ver los edificios destruidos, la gente atrapada entre los escombros, y el miedo por el que la población del centro y sur del país está atravesando.
Es por ello que Alyha, invita a la ciudadanía de Saltillo a acudir a los centros de acopio con alimentos, medicamento, herramienta de trabajo, o bien, informarse de los distintos tipos de opciones con las que los saltillenses pueden ayudar a los daminificados tras el sismo en Oaxaca y México.
DE REGRESO A MÉXICO
Por su parte, la estudiante asegura que regresará a la Ciudad de México este próximo domingo, con la plena conciencia de que al regresar a su casa, nada estará igual que como lo dejó la mañana del 19 de septiembre antes de ir a la Universidad, y no descarta contribuir como voluntaria en las diversas labores que se realizan en las zonas de desastre.