"Olga Picasso", amante, musa y monstruo
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Uno de los primeros retratos de Olga lo pintó Picasso en el otoño de 1917 y en él lleva puesta una típica mantilla española.
Su boca es pequeña y sensual; su cuerpo, esbelto y frágil. Pablo Picasso inmortalizó la belleza de Olga en numerosas de sus obras, no hay ninguna otra mujer a la que el genio español pintara tan a menudo como a la que fue su primera esposa.
Sus lienzos muestran su amor y fascinación por esta bailarina rusa de ballet, pero también odio. Y es que cuando Picasso conoció a la joven de 17 años Marie-Thérèse Walter, comenzó un largo drama matrimonial. Ahora, el Museo Picasso recorre su turbulenta relación con la exposición "Olga Picasso", que hoy abre sus puertas.
Olga Khokhlova y Pablo Picasso se conocieron hace un siglo, en febrero de 1917. Ella bailaba en el famoso Ballet Ruso, que iba a presentar en Roma la pieza "Parade", cuyo vestuario y escenografía diseñaba el pintor. En una de las fotos que se muestran en la exposición, compuesta por más de 350 obras, aparecen ambos en la capital italiana, sonriendo ante la cámara. La mirada de él es de admiración.
La instantánea proviene de una maleta de viaje llena de documentos personajes que Olga legó tras su muerte, el 11 de febrero de 1955 en Cannes. Muchas de las cartas y fotografías pueden verse por primera vez en la muestra, que se prolongará hasta el 3 de septiembre. La mayoría son de la época que vivió junto a Picasso. La pareja se casó el 12 de julio de 1918, 15 meses después de conocerse. La boda tuvo lugar en una iglesia ruso-ortodoxa de París.
Uno de los primeros retratos de Olga lo pintó Picasso en el otoño de 1917 y en él lleva puesta una típica mantilla española. Su rostro es pétreo y su mirada, melancólica, como en la mayoría de los lienzos en que el pintor la inmortalizó. Olga sufría mucho la separación de su familia en una Rusia marcada por el hambre y la guerra. En ninguna de las obras que Picasso realizó siguiendo aún la tradición clásica aparece un solo atisbo de sonrisa: se la ve bella, distante y pensativa.
Con el nacimiento de Paul, el primer y único hijo del matrimonio, Olga se convirtió en fuente de inspiración de numerosas composiciones materno filiales. El estilo de Picasso cambia en esta etapa: Olga aparece vestida como una diosa de la antigüedad y sus formas son voluminosas. Las pinturas emanan calidez y dulzura. Hasta el nacimiento de Paul, en febrero de 1921, se los consideraba una pareja feliz. Pero a partir de 1925, el rostro de Olga comienza a desfigurarse.
En el lienzo de 1929 "Gran desnudo en un sillón rojo", la representación de la mujer se asemeja más a un monstruo. Su boca está resquebrajada por el dolor y su cuerpo, totalmente deformado. Durante esta época, Picasso llevaba ya dos años de relación con su amante, la modelo 28 años más joven Marie-Thérèse Walter. Siguió una etapa de tensiones que el pintor plasmó en sus minotauros, en los que indagaba la relación entre sexualidad, violencia y muerte.
Cuando Walter se quedó embarazada de Picasso, Olga interpuso una demanda de divorcio que, por disputas patrimoniales, nunca llegó a culminar. En aquel 1935, Picasso dejó de pintar durante varios meses.