Peculiar juicio por una obra de Doig, que niega su autoría
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Fletcher y Doig se verán el lunes (8 de agosto) ante los tribunales en Chicago en uno de los juicios sobre obras de arte más curioso de los últimos años.
A simple vista la obra cumple con los criterios para ser un Doig. Un paisaje tan mágico e infinito como atemorizador, un charco y un árbol muerto. La obra recuerda a muchos otros cuadros del pintor escocés, alguna de cuyas pinturas ha superado los 20 millones de dólares.
"Es un obra bonita, pero no es mía", dijo el artista de 57 años al diario estadounidense "The New York Times".
Pero Robert Fletcher no opina lo mismo. Este canadiense que en el pasado fue funcionario de prisiones es el propietario del cuadro, que según asegura, compró en los años 70 por cien dólares a uno de los reos en la cárcel donde trabajaba.
Muchos años después, un conocido suyo le dijo que ese cuadro firmado por "Peter Doige 76" que tenía colgado en la pared era de un artista conocido.
Fletcher vio videos de Doig en Internet y creyó recordar al reo del pasado. "Estoy seguro al cien por cien de que él era ese hombre".
Fletcher y Doig se verán el lunes (8 de agosto) ante los tribunales en Chicago en uno de los juicios sobre obras de arte más curioso de los últimos años. Según los analistas, el juicio durará una semana o más y muchos expertos del mundo del arte aseguran no recordar un caso similar. "Tener que refutar la autoría de una obra es algo que parece falso e injusto", dijo Amy Adler, profesora en la facultad de Derecho de Nueva York, al diario "The New York Times".
Fletcher quiere demostrar ante los tribunales que se trata de una obra de Doig. En el escrito de la acusación se señala que el artista puede estar confundido o miente. En todo caso, su negativa a reconocer la autoría ha llevado a que Fletcher no pueda pedir una elevada suma por la obra a través de una galería de arte de Chicago, tal como tenía previsto.
"Esperamos que el tribunal vea que Peter Doig ha amenazado a un comprador interesado que nos hubiese reportado un suma de cerca de siete millones de dólares", dijo a dpa el galerista Peter Bartlow. "Esperamos que el tribunal ordene a Doig que nos page una indemnización de siete millones dólares. Esperamos que el tribunal diga que Doig es el autor y que él pintó esa obra".
Todo el caso es un "fraude", asegura sin embargo Doig, que vive entre Nueva York y Trinidad. "Tengo que remover Roma con Santiago para demostrar dónde estuve hace más de 40 años", dijo. Lo que sí es seguro, señaló, es que no estuvo en Canadá en una prisión.
Según relató, de joven pasó un tiempo en Canadá, pero desde luego nunca estuvo en una prisión ni tampoco en la ciudad de Thunder Bay, en la región de Ontario, donde Fletcher adquirió la obra. Además, asegura que empezó a pintar sobre lienzo mucho después de la fecha de la que data la obra en cuestión.
Doig y sus abogados creen haber encontrado al autor original de la obra: un hombre que se llama Peter Edward Doige, que también pintaba y que pasó un tiempo en la prisión de Thunder Bay. Doige murió en 2012, pero otros testigos, entre ellos su hermana, aseguran que el fallecido es el autor de la obra y tienen documentos judiciales para demostrarlo.
"Todo esto va muchos más allá del cuadro de Peter Doig", asegura el galerista del artista Gordon VeneKlasen. "Se trata de autoría. Se trata de ser obligado a poner su nombre en la obra de otro", agregó.