¿Por qué las personan creen en las noticias falsas?, Psicólogos tienen una teoría
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Las personas que dan más importancia a sus convicciones políticas o a su pertenencia a un partido político que a la exactitud de los datos son aquellas que se creen las noticias falsas o "fake news".
Las imágenes de la toma de posesión del presidente estadounidense, Donald Trump, mostraban claramente que había muchas menos personas que en la de su predecesor Barack Obama. Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que fue "el mayor público en presenciar una investidura" y muchos le creyeron. ¿Por qué? Unos psicólogos estadounidenses tienen una teoría.
Las personas que dan más importancia a sus convicciones políticas o a su pertenencia a un partido político que a la exactitud de los datos son aquellas que se creen las noticias falsas o "fake news", explican en la revista "Trends in Cognitive Sciences" los investigadores Jay Van Bavel y Andrea Pereira, de la Universidad de Nueva York.
En el caso de la investidura, los afectados valoran más su pertenencia al partido republicano y el estatus social asociado a él que la exactitud, indican.
Su hipótesis se basa en la teoría de la identidad social, la relativa a los procesos grupales. "Una fuente de noticias con una elevada calidad no es tan importante porque pensamos que las personas que las producen pertenecen a otro grupo diferente al nuestro", explica Van Bavel.
Los investigadores se remiten al hecho de que durante largos periodos del desarrollo humano la afiliación tribal de los individuos fue de vital importancia. Por esta razón, la identificación con un grupo social propio suele considerarse como más importante que la exactitud o la veracidad.
Los investigadores presentan diferentes propuestas para acabar con esta forma de pensar: lo importante es tener en cuenta la necesidad de reconocimiento social de los afectados. "Las personas consideran que la inseguridad genera en general aversión y que descubrir que tu convicción es falsa, puede amenazar tu identidad", escriben los psicólogos.
Ellos recomiendan referirse a un grupo mayor de personas a la hora de argumentar una idea: a todos los estadounidenses o todas las personas; o a los críticos en el partido de los afectados. Otra posibilidad de reducir la polarización política puede ser hacer que las personas tomen consciencia de su ignorancia sobre los detalles políticos haciendo que se vean obligados a explicarlos.
Aunque los argumentos de los psicólogos no son incorrectos, tampoco son nuevos, asegura Thomas Kliche, psicólogo político del Instituto de Magdeburgo-Stendal, en Alemania. El alemán critica que Van Bavel y Pereira equiparen en gran medida la pertenencia a un partido con la ideología. Él cree que los cambios sociales y políticos actuales son más bien un reflejo que la profunda inseguridad generada por los desafíos de la globalización y la digitalización.
Kliche aboga por fomentar el debate consciente y responsable sobre los problemas de la toma de decisiones y organización en todos los ámbitos de la vida, por ejemplo mediante la participación o el refuerzo de la educación política. Para él también es indispensable la mejora de la capacidad de comprender las situaciones abiertas y la ambigüedad.
Además, la política debería desarrollar nuevas estrategias de comunicación: aunque es arriesgado para las elecciones analizar a fondo desafíos a largo plazo y complicadas soluciones, es necesario hacerlo para evitar la autodestrucción de la sociedad, explica Klike.