Precio de gasolina en México es mayor al de países no productores de crudo
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A decir del gobierno federal la “flexibilización” del mercado de gasolinas tendría como objetivo que el precio de estos combustibles estuvieran por debajo de los de la mayoría de los países de América Latina, cuando el precio promedio en México era de 15.99 pesos por litro
Ciudad de México. A 17 meses de la apertura del mercado el precio de las gasolinas mexicanas está arriba de países como Estados Unidos, Canadá, parte de países de América Latina que no son productores de crudo, muy cercanos a los de países como Perú y China donde el litro se cotiza entre 20.10 y 20.30 pesos por litro.
A decir del gobierno federal la “flexibilización” del mercado de gasolinas tendría como objetivo que en 2017 el precio de estos combustibles estuvieran por debajo de los de la mayoría de lo países de América Latina, cuando el precio promedio en México era de 15.99 pesos por litro, y el promedio mundial era de 22.38 pesos.
En la actualidad el precio de la Premium está en 20 pesos por litro y el de la Magna raya los 19 pesos, de acuerdo con los reportes de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), y lo que se observa en los anuncios luminosos de las estaciones de servicio.
Analistas del sector señalaron que el alza responde a especulación por parte de grandes comercializadores de combustible, urgieron la intervención de precios por el gobierno federal ante la “incapacidad del regulador”, señalaron que México debe volver a invertir en refinación ante la vulnerable situación en la que lo ubica la dependencia a Estados Unidos, y previeron que los precios seguirán al alza en los próximos meses.
Así, la liberación del precio de la gasolina como parte de la reforma energética representa para los mexicanos pagar en promedio 200 pesos más por llenar un tanque de 40 litros, mientras que para Petróleos Mexicanos (Pemex), uno de los competidores en este mercado, sólo durante el primer trimestre de 2018 le significó un crecimiento en las ventas de estos combustibles de 1.3 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2017, lo que representa ingresos por 122 mil 820 millones de pesos, 18.3 por ciento más que en el periodo comparable.
De acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), una de las premisas que sí se ha cumplido es la de “más competencia” ya que en México operan 30 marcas de gasolineras además de Pemex, y hay 61 marcas de combustible que se vende en 11 mil 774 estaciones de servicio.
En el fondo, las importaciones de gasolina por parte de Pemex siguen al alza, entre enero y marzo de este año la producción de gasolinas cayó 38 por ciento, y las importaciones aumentaron 17.7 por ciento, y pagó alrededor de 6 mil 800 millones de dólares por ese combustible.
Para Sergio Benito Osorio, ex legislador y especialista del Observatorio Ciudadano de la Energía, dijo que el aumento de los precios de la gasolina se debe especulación por parte de comercializadores y expendedores de este combustible, por lo que el gobierno federal debe intervenir los precios de las gasolinas, por las condiciones salariales de los mexicanos no les permiten solventar el incremento de precios que conlleva el alza de energéticos. “la población sacrificará parte de lo que gasta en alimentos para poder pagar el transporte”.
Destacó que lo ideal sería dar marcha atrás a la reforma energética, pero por lo pronto la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) debe controlar los precios, “ante la incapacidad de un regulador que está capturado por las grandes empresas comercializadoras de combustibles”. Acotó que el mercado de los combustibles en México tiene un valor aproximado a los 30 mil millones de dólares.
Detalló que del momento del “gasolinazo en diciembre de 2016 a enero de 2017 la gasolina tipo Magna subió 14 por ciento. De enero de 2017 a mayo del 2018 el precio se ha incrementado 15.6 por ciento, mientras que el salario mínimo subió 10 por ciento”.
Por separado el analista del sector energético, Fluvio Ruíz dijo que en haber llegado a la berrera de los 20 pesos por litro de gasolina de manera injustificada, refleja “la incapacidad del control efectivo del estado”, y advirtió que en México no habrá un verdadero mercado de gasolinas, mientras se mantengan los subsidios.
Urgió a que México invierta en el Sistema Nacional de Refinación (SNR) porque el país se encuentra en condiciones de vulnerabilidad energética, sobre todo ante la dependencia de países como Estados Unidos y su voluntad.
Previó que en los próximos meses, hacia el verano o por lo menos antes de las elecciones los precios subirán todavía algunas “decenas de centavos. No creo que estemos viendo el tope, sobre todo si se mantiene el mecanismo de ajuste”.
Ambos analistas señalaron que en México no existe un mercado real de gasolinas. “Los mercados no se inventan, se crean”.
Las previsiones del gobierno mexicano eran que en 2017 los precios de la gasolina en México estuvieran abajo de los vigentes en países de América Latina. Hasta diciembre de 2016, antes de iniciar con la liberalización de precios, el litro costaba 13.98 pesos y el de Premium 14.81.
Para 2017 la estimaciones del gobierno federal eran que el precio promedio de la gasolina en México fuera de 15.99 pesos, más barata que el de países de la región como Uruguay , Cuba, Belice, República Dominicana, Costa Rica, Paraguay, Perú, Honduras, Nicaragua o Guatemala que se estimaban en rangos de 16 a 29 pesos por litro, de acuerdo con datos de GlobalPetroPrices, difundidos por la CRE.
Entre 2013 y 2016, antes de la liberalización durante la actual administración, el precio de la gasolina Magna pasó de 12.13 pesos por litro a 13.98; y el de la Premium de 12.69 a 14.81.
El incremento de enero de 2017, a mayo de 2018 corresponde a 5 pesos para la Magna y 5.19 para la Premium conforme a datos oficiales.
En declaraciones hechas ante legisladores, el entonces director de Pemex, José Antonio González Anaya, actual secretario de Hacienda, dijo que “la refinación en México implica tirar, dinero”. México es el sexto consumidor de gasolina a nivel mundial conforme a datos de la propia empresa.
El Plan de Negocios de Pemex, presentado durante la gestión de Anaya señala que el reto para el área de refinación es revertir las pérdidas económicas y operativas de aproximadamente cien mil millones de pesos por paros no programados a causa de suministro de hidrógeno, servicios como agua, vapor, electricidad, retrasos en reparaciones, equipos y procesos.
Y señala como estrategia a seguir establecer alianzas para reconfiguración y operación de refinerías, así como en actividades auxiliares para suministro de hidrógeno y agua. Así como revertir el rezago en mantenimiento, reconocimiento en costos de transporte, y custodia de ductos.
Fluvio Ruíz advirtió que en México se debe incrementar la capacidad de refinación porque México ya pasó de la inseguridad energética a la vulnerabilidad, “dependemos de más del 70 por ciento de las importaciones de refinados, y también dependemos del gas natural, y gas licuado de petróleo.
“La situación del país es muy frágil. Por cuestiones de seguridad energética y casi nacional se requiere hacer eficiente al Sistema Nacional de Refinación, darle la prioridad presupuestal que se necesita para terminar con las reconfiguraciones, e incrementar su capacidad. Claro que cuesta, pero la seguridad cuesta”.
Urgió terminar con el criterio cortoplacista fical para definir la inversiones de Pemex, porque eso le ha hecho un daño tremendo a la empresa porque desde la crisis de 1981 pasó de ser la fuente de abasto de hidrocarburos, a la de suministro de ingresos fiscales, “se privilegia el ingreso fiscal rápido, contra la inversión”.
Detalló que en 2015 cuando se cayeron los precios del crudo, las empresas que crecieron de manera equilibrada obtuvieron entre 70 y 75 por ciento de sus ingresos de sus divisiones de químicos, petroquímicos y refinados, pero Pemex no aprovechó ese momento por las condiciones fiscales, la urgencia de vender crudo.