¿Quién era el misterioso hombre que visitaba la tumba de Edgar Allan Poe?
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Un hombre visitó fielmente, durante 70 años, la última morada del escritor. Sin embargo, nadie conoció jamás su identidad
De acuerdo con las leyendas urbanas de la ciudad de Baltimore, cada 19 de enero el natalicio del escritor Edgar Allan Poe era homenajeado de manera popular por un misterioso personaje. A cinco años de su desaparición, la identidad de este peculiar admirador del autor nacido en 1809 sigue siendo un misterio.
El extraño visitante fue visto en esta fecha, durante siete décadas, entre la medianoche y las cinco de la mañana. Se trataba de un hombre con abrigo largo y un bastón de empuñadura dorada que dejaba una ofrenda distintiva cada año: tres rosas y una botella de coñac a la mitad junto a la tumba de Edgar Allan Poe en Baltimore, publicó El Mundo.
Los pocos que lo vieron de lejos en ese cementerio de una antigua iglesia dicen que se tapaba la cara con un sombrero y una bufanda blanca. Nadie nunca supo su nombre y afirman también que la única persona que dijo saber la identidad del visitante murió sin revelar el secreto.
“Es un misterio maravilloso que se añade al misterio de Poe”, dijo Kristen Harbeson, la presidenta de Poe Baltimore, una organización sin fines de lucro creada para salvar la casa del escritor en la ciudad.
El singular performance fue conocido desde sus primeros años y ya desde la década de los 30 los feligreses de la iglesia recuerdan haber oído hablar de la aparición de las flores y el coñac. No obstante, fue tres décadas después que despertó la curiosidad de estudiosos como Alexander Rose, profesor de Literatura y presidente de la Poe Society, quien se empezó a interesar por el último enigma de Poe en los años 60.
Rose murió en 1995 y en público sólo sugirió que el hombre del cementerio no era una sola persona, hipótesis a la que el desconocido admirador dio validez cuando en 1993 dejo dicho en una nota que pasaría “la antorcha” a “un hijo”.
Por su parte, el hijo de Rose cuenta que varias personas le comentaron que su padre era el guardián del secreto. Él no descarta esta posibilidad.
“Es muy posible que tuviera información privilegiada porque estaba profundamente involucrado en todas las cosas de Poe”, dijo John Rose.
La última visita del seguidor de Edgar Allan Poe a su tumba fue en 2009, cuando se cumplieron 200 años del nacimiento del escritor y los fieles admiradores del escritor estadounidense dieron por terminado el ritual de aniversario.