Real Madrid sufrió de más para alcanzar la final del Mundial de Clubes
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Los merengues derrotaron 2-1 al Al Jazira, que se medirá al Pachuca por el tercer lugar
Un Cristiano Ronaldo de récord evitó otra catástrofe. Del resto se hizo cargo Gareth Bale, que con su primer balón, después de casi dos semanas de ausencia, dio al Real Madrid el pase a la final del Mundial de Clubes gracias a la victoria por 1-2 sobre el Al Jazira de Abu Dabi.
Fue uno de los partidos más frustrantes para el Real Madrid esta temporada - y no han sido pocos. Ni el tino ni la suerte le respondieron a tiempo.
La crónica falta de eficiencia de la versión 2017 del Real Madrid se reflejó como nunca en la cancha del Zayed Sports City Stadium de Abu Dabi. Por más que demostrara, casi en cada toque de balón, su aplastante superioridad técnica, y a pesar su dominio casi absoluto del balón o los más de 30 disparos, la mayor cantidad en toda la campaña, el Real Madrid no supo cómo sentenciar sin recurrir a una genialidad de la "gente de arriba".
Al cuadro merengue le pasó de todo; estrellaron el balón en los postes cuatro veces y vieron un gol anulado por fuera de lugar antes de sentirse a salvo.
Y peor aún, el Al Jazira resultó mucho más fiero y efectivo de lo que hubiese convenido al equipo blanco, que otra vez llegó con el cartel de gran favorito y cometió el error de dar por sentado al rival.
Y es que sin hacer gran cosa más que blindar su puerta con acero reforzado, Al Jazira metió en problemas al Real Madrid.
Si a los 15 el Real Madrid no ganaba por cinco era solo por la gran actuación del arquero local, y la falta de puntería de Cristiano Ronaldo y Karim Benzema. El gol llegó por fin al minuto 28. Pero en uno de los momentos más raros del partido, Casemiro no supo si celebrar o protestar, pues el árbitro era renuente a concederlo.
Había llegado después de un centro perfecto de Isco a la cabeza del brasileño, pero Benzema estaba en fuera de lugar.
Entró el VAR y, efectivamente, anuló. Al Madrid le entraba el miedo en el cuerpo. Perder este partido significaba una gran humillación que no se les perdonaría en casa.
Diez minutos después, Romarinho complicó más la situación al poner el 1-0 abusando de la gran debilidad merengue: el posicionamiento para defender a la contra.
Casemiro no llega a cortar, Nacho no logra despojar a Boussoufa, que sacó el colmillo para guardarse el balón, y Varane, que volvía de lesión, falla en la marca. Romarinho, solo para recibir, apuntar y disparar, hizo lo que le vino en gana y fusiló A Keylor.
Y así se fueron al descanso. Mal encarados, sorprendidos, cabizbajos. Aterrados.
Al Jazira estuvo a nada de ponerse 2-0 por delante en el primer remate del segundo tiempo. Una pérdida de balón absurda del Real Madrid en la media acabó en un remate de Boussoufa. Fue anulado tras la revisión del VAR, por fortuna para el Madrid. Pero ya no hubo cómo sacar el miedo del cuerpo merengue hasta que llegaron esas dos grandes piezas de la BBC.
Primero Cristiano, que con un disparo cruzado tranquilizó a su equipo y poco antes del final Gareth Bale, que en su primera intervención en el partido tras ocpuar el puesto de Benzema, pescó un pase de Lucas Vázquez desde la banda para batir al arquero local.
Alivio y jolgorio en las filas merengues, que han recuperado al galés justo a tiempo para mantenerse a flote y, pasado el susto, medirse el sábado al Gremio en la final.