Recomienda Estados Unidos pausar uso de la vacuna contra COVID de Johnson & Johnson

Internacional
/ 14 abril 2021

Johnson & Johnson afirmó en un comunicado que estaba al tanto de los reportes de trombosis, pero insistió en que aún no se ha establecido un vínculo con su vacuna

WASHINGTON.- Estados Unidos recomendó el martes pausar la administración de la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19 con el fin de investigar los reportes de raros pero potencialmente peligrosos casos de trombosis, provocando una reacción en cadena en todo el mundo y propinando un revés a la campaña de vacunación global.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) anunciaron que estaban investigando los coágulos detectados en seis mujeres de entre 18 y 48 años. Una persona falleció.

La comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock, esperaba que la pausa durara unos cuantos días. Pero la decisión desencadenó una pronta reacción en Europa y en otras partes del mundo, y tanto la farmacéutica como los reguladores y los proveedores suspendieron el uso de la vacuna J&J, al menos por ahora.

Johnson & Johnson afirmó en un comunicado que estaba al tanto de los reportes de trombosis, pero insistió en que aún no se ha establecido un vínculo con su vacuna. Sin embargo, la compañía dijo el martes por la tarde que postergaría la distribución de su vacuna en Europa y pausaría las inoculaciones en sus ensayos que siguen en curso hasta que pueda actualizar sus directrices sobre cómo proceder.

Estaba previsto que cientos de miles de dosis llegaran a los países europeos, donde las campañas de vacunación se han visto afectadas por escasez de suministros, problemas logísticos e inquietudes sobre el desarrollo de trombos en un pequeño número de personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca, la cual aún no ha sido autorizada en Estados Unidos.

Sabemos que hay muchos críticos que dicen: ‘¿Por qué? Sólo son un par de casos. ¿Por qué no seguimos adelante?'”.

Cualquier retroceso en la distribución de las vacunas podría tener amplias implicaciones en la campaña de vacunación mundial. La vacuna de J&J era muy prometedora debido a que sólo requiere una dosis y tiene requerimientos de almacenaje relativamente sencillos, lo cual facilita su uso, sobre todo en las naciones menos ricas.

Los trombos, que se presentaron entre seis y 13 días después de la inoculación, se produjeron junto con un nivel bajo de plaquetas, que son las células sanguíneas que normalmente forman los coágulos.

En Estados Unidos se han administrado más de 6,8 millones de dosis de la vacuna de J&J, la inmensa mayoría de ellos sin efectos secundarios o con efectos moderados.

Sabemos que hay muchos críticos que dicen: ‘¿Por qué? Sólo son un par de casos. ¿Por qué no seguimos adelante?'”, dijo el doctor Peter Marks, director del centro de vacunación de la FDA. Mencionó ocasiones anteriores en las que surgieron problemas de salud en personas que habían recibido vacunas nuevas, como durante el lanzamiento de la vacuna contra la polio en 1955 y en la campaña de vacunación contra una nueva variante de la influenza en 1976.

Cuando las contramedidas médicas afectan a la gente en Estados Unidos, “no tenemos mucha tolerancia para eso, y eso tiende a socavar la confianza en las vacunas”, señaló Marks. “Así que simplemente tenemos que hacer todo lo que podamos para minimizar o eliminar los problemas que puedan considerarse fuego amigo”.

La decisión pausó inmediatamente algunos programas de vacunación en Estados Unidos: En Atlanta, un evento de vacunación masiva para profesores de escuelas públicas que iba a utilizar la vacuna de J&J fue cancelado. Las autoridades de sanidad de San Luis, Missouri, dijeron que iban a contactar a 1.800 personas que recibieron la vacuna para informarles sobre posibles problemas de salud. Y en Montana, dos colegas que habían esperado vacunar a estudiantes con las dosis de J&J antes de que se fueran a casa para el verano cerraron las clínicas.

Las autoridades destacaron que no han encontrado algún indicio de problemas por trombos en las personas que fueron inoculadas con las vacunas contra el coronavirus de Moderna y Pfizer, que son las más utilizadas en Estados Unidos.

Seth Shockley, de Indianápolis, recibió la vacuna de J&J el domingo y al principio se preocupó cuando escuchó sobre los posibles efectos secundarios. Sus inquietudes se disiparon cuando supo que sólo había seis casos confirmados de trombos.

“Prefiero correr el riesgo con la vacuna, un riesgo mucho menor, que arriesgarme con el COVID”, comentó. Ahora está más preocupado por que los reportes podrían provocar que más personas se nieguen a vacunarse.

La FDA dijo que los casos que están siendo investigados parecen ser similares a los coágulos que posiblemente estén relacionados con la vacuna de AstraZeneca. Los reguladores europeos han señalado que el riesgo de la vacuna de AstraZeneca parece ser mucho menor que la posibilidad de desarrollar trombos por las píldoras anticonceptivas, que generalmente causan trombos en cuatro de cada 100.000 mujeres que las utilizan durante un año.

En la Casa Blanca, el doctor Anthony Fauci, el experto en enfermedades infecciosas del país, dijo que la suspensión permitiría que la FDA y los CDC investiguen los casos de coágulos y “para que los médicos sean más conscientes de estos”.

Un comité de los CDC se reunirá el miércoles para discutir los casos, y la FDA ha abierto una investigación sobre la causa de los coágulos y el conteo bajo de plaquetas.

Los funcionarios de la FDA destacaron que la recomendación del martes no era obligatoria. Los médicos y pacientes aún pueden utilizar la vacuna J&J si deciden que sus beneficios superan los riesgos para casos individuales, señaló Marks.

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