Sahara, ¿qué fue lo que cambió?
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¿Cómo era esa región antes de convertirse en uno de los mayores desiertos del planeta?
Lo que es hoy el árido, caliente e inhóspito desierto del Sahara, en el norte de África, fue en otros tiempos una región de sabanas y praderas frondosas, que se convirtió en el el hogar preferido de cazadores y recolectores que vivían de una amplia variedad de animales y plantas, sostenidos por lagos permanentes y lluvias que promediaban más de 2 mil milímetros anuales.
Pero eso fue hace 8 mil años, en un período ahora conocido como ‘El Sahara Verde’.
Es difícil imaginar que el mayor desierto cálido del mundo, que ahora tiene una precipitación anual de apenas 70 milímetros, recibiera lluvias 20 veces más intensas, dependientes de los monzones, que mantenían frondosos los campos de la región.
Conclusiones de estudios recientes, realizados por investigadores de la Universidad de Estocolmo, en Suecia, y las universidades de Columbia y Arizona en Estados Unidos, indican que las lluvias anuales en el Sahara occidental “pudieron haber sido de hasta 2 mil 300 milímetros, que sustentaban una vegetación parecida a la del Parque Nacional del Serengueti en Tanzania”, señala el doctor Francesco Pausata, climatólogo del Departamento de Meteorología de la Universidad de Estocolmo y coautor del estudio.
Lo que observaron
“Presumimos que los animales que hoy en día pastan en el Serengueti, hubieran podido vivir en el norte del Sahara occidental, como lo hacen ahora los ñus y las gacelas en esa región”, señala el doctor Pausata.
Otros investigadores, sin embargo, plantean una vegetación más frondosa, incluso con árboles y lagos que servían de refugio a una gran diversidad de animales.
“La evidencia de fósiles y de pólenes es bastante clara en ese sentido”, asegura el doctor David McGee, del Massachusetts Insititute of Technology (MIT) en EE.UU.
“El Sahara tuvo cuerpos permanentes de agua, sabanas, praderas e incluso algunos bosques. De hecho, se han encontrado fósiles de muchos animales que hoy ya no se ven en la región. Entre ellos cocodrilos, elefantes e hipopótamos”, apunta el doctor McGee.
“Y hemos encontrado arte rupestre con la inclusión de jirafas en medio del Sahara. Y también hemos encontrado anzuelos antiguos, sugiriendo un estilo de vida profundamente diferente al que hoy se vive en esa parte del desierto”, dice el doctor McBee.
“En los pocos y muy aislados cuerpos de agua que todavía existen en el Sahara, se han encontrado peces de la misma especie, lo que sugiere que en el pasado, las zonas acuáticas se comunicaban entre sí”, asegura McGee, paleoclimatólogo del MIT.
Los efectos del albedo
Aunque es muy difícil determinar qué tan extensa era la vegetación del Sahara, el paleoclimatólogo del MIT estima que el ‘Sahara Verde’ se extendió bastante hacia el norte de la región, incluyendo lo que hoy es Libia central, Argelia central y Egipto central.
“El Sahara se volvió verde cuando salimos del período glaciar y el Sol de verano se volvió más intenso, hace unos 8 mil años”, explica el doctor Pausata.
“A medida que de la región se alejaba del periodo glaciar, el Sahara se fue calentando y las lluvias de los monzones se volvieron más fuertes, lo que condujo a una mayor vegetación que, a su vez, redujo las emisiones de polvo y disminuyó la reflexión de la luz (albedo) promoviendo más y más precipitación”, dice Pausata.
Nota del editor. La luz solar que se refleja de la superficie de la tierra y del polvo que flota en la atmósfera, se conoce como ‘albedo’ y es uno de los factores que más contribuyen a la aridez de una región. De hecho, muchos investigadores coinciden en que fue el efecto albedo lo que contribuyó en gran medida a la desertificación del Sahara.
Albedo es la cantidad de energía luminosa reflejada por un cuerpo. En este caso la cantidad de energía solar reflejada por la superficie de una zona de la Tierra. El albedo tiene un valor de cero a 1.00 (en el valor cero no hay energía reflejada, como en el color negro; mientras que en el valor 1.00 toda la energía (el 100%) es reflejada, como en el color blanco). En promedio el albedo del suelo terrestre es de 0.20 (20%), pero en el caso del Sahara la energía solar reflejada del suelo suele ser de 0.60 (60%). La nieve tiene un albedo de 0.90, o sea que refleja 90% de la luz solar.
Las teorías
Establecer cuáles fueron los factores y cómo convirtieron la región del Sahara en el vasto y polvoriento desierto que ahora conocemos, sigue siendo objeto de debate entre la comunidad científica.
En ese sentido, muchos concuerdan en que el cambio sucedió hace 8 mil años, como producto de un fenómeno cíclico que fue de menor a mayor insolación.
Es algo que sucede más o menos cada 20 mil años, asociado a cambios en la órbita de la Tierra. Pero definir en cuánto tiempo el Sahara se volvió una región tan árida, es todavía tema de estudio, señala el doctor Francesco Pausata.
Una de las teorías sostiene que el Sahara se convirtió en una zona desértica de manera súbita, en cuestión de 200 años, lo que le convertiría en uno de los cambios climáticos más rápidos y dramáticos que han ocurrido en la Tierra.
Otro estudio, cuyos resultados fueron publicados en mayo de 2008, estiman que la región se convirtió en el desierto más cálido del mundo hace apenas 2 mil 700 años, y asegura que los seres humanos que vivían en el lugar abandonaban las áreas que se estaban desertificando a medida que las lluvias se hacían más escasas.
El otro factor
El estudio en el que participó el doctor Pausata, de la Universidad de Estocolmo, analizó las lluvias pasadas y concluyó que los cazadores y recolectores que poblaron el ‘Sahara Verde’ lo abandonaron hace 8 mil años debido a un período de sequía que duró mil años.
Luego de ese periodo, las poblaciones regresaron, pero las prácticas de supervivencia que adoptaron fueron otras; por ejemplo, hay evidencia arqueológica de que la gente, en vez de dedicarse a la caza, se dedicó a criar su propio ganado.
y dado que el matorral fue retirado para acomodar a los rebaños, aumentó el albedo, cuyo efecto redujo la frecuencia de las lluvias monzónicas.
En este sentido, el doctor Pausata apunta que “aunque el ganado que pasta puede ser perjudicial para una gran variedad de plantas, el pastoreo ligero y moderado puede tener resultados positivos.
“Esos animales pastaban y defecaban allí. Así que dejaban el área fertilizada para su recuperación cuando llegaran las lluvias.
No veo cómo la introducción de una población tradicional de pastores, que tienen un desplazamiento similar a la migración de los ñus y los ciervos, pueda tener un efecto diferente en la región. Ellos también sostendrían la vegetación”, asegura el doctor Pausata.
El profesor David McGee reconoce que los humanos pudieron haber tenido alguna influencia en la desertización del Sahara, pero no fue lo que más contribuyó.
“Hay que recordar que el período del ‘Sahara Verde’ no sólo ocurrió hace 8 mil años, sino que también ocurrió hace 125 mil años y, en ese entonces, no hubo interferencia humana. Y si el fenómeno es cíclico, es de suponer que el Sahara podría volver a ser verde otra vez”, afirmó McGee. (William Márquez/ BBC Mundo)