Trump: las ventajas de ser impredecible
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El pasado miércoles, corría la noticia de que la Casa Blanca estaba preparando una orden ejecutiva para retirar a EU del TLCAN. Los mercados reaccionaban. Algunas voces indicaban que la filtración no podía ser sino una táctica de presión puesto que lo que anunciaba la nota evidenciaba una contradicción con la línea que había sostenido la Casa Blanca a lo largo de los últimos meses, la cual consistía en no anteponer el retiro a la negociación. Sin embargo, la verdad es que todos estábamos convencidos de que todo era francamente posible porque si algo ha demostrado Trump, es que se trata de un personaje altamente impredecible. Eso hace que los cálculos que se llevan a cabo a la hora de lidiar con él fallen continuamente. Su impulsividad, su velocidad para emitir respuestas que no son siempre meditadas, su estómago, por así decirlo, son elementos de tal magnitud que dejan la sensación de que cualquier opción cabe sobre la mesa. En cualquier momento. Por lo tanto, nada puede ser descartado, incluso cuando una evaluación fría y racional, indicase lo contrario. Esta impredecibilidad se torna entonces en una poderosa herramienta y está siendo utilizada de manera intensa por parte de su equipo y su gabinete. Dos casos para ejemplificar:
Primero, en la cuestión norcoreana, a Kim, a China y al mundo entero, parece haber quedado muy claro que la posibilidad de una guerra entre Washington y Pyongyang es absolutamente real. Tanto así, que esta semana, el gabinete de guerra estadounidense tuvo que ofrecer un informe ante los 100 senadores para expresarles que los despliegues militares de Washington en Corea no eran para llevar a cabo un ataque preventivo, sino para desanimar a Kim Jong-un de efectuar su ensayo nuclear. Es decir, a lo largo de estas semanas, se logra transmitir eficazmente la idea de que con Trump a la cabeza de la Casa Blanca cualquier cosa puede pasar, incluso una guerra de proporciones incalculables que se pudiera salir de control. De hecho, aun tras el informe ante el Senado, la realidad es que dado el carácter impredecible de Trump, la posibilidad de un ataque estadounidense queda ahí, de manera permanente. Y ello es empleado como mecanismo de intimidación, no sólo hacia Kim, sino sobre todo hacia Beijing.
Segundo, en negociaciones comerciales como el TLCAN. Aún con las posturas de varios políticos y actores económicos al interior de su país, a pesar de lo que muchos piensan que EU perdería si ese tratado se termina, Trump ha conseguido proyectarse como impredecible y con la posibilidad real de que un buen día abandone la mesa de negociaciones y dé por terminado todo el asunto de un plumazo. Eso produce la sensación generalizada de que realmente no le importarían las consecuencias de acabar con el acuerdo comercial. Por lo tanto, su capacidad de imponer sus términos aumenta.
Dialogar, lidiar con, o enfrentarse a un actor así es muy complicado, pero pasa por valorar al menos dos temas: (1) aunque él es y seguirá siendo el jefe, y a pesar de sus tuits y discurso, Trump está rodeado de un importante número de actores que sí están continuamente efectuando cálculos y pensando las cosas no con el estómago, sino con la cabeza, y quienes hasta ahora han demostrado tener un enorme peso e influencia en la toma de decisiones de la Casa Blanca, y (2) que en estos cálculos que sí se llevan a cabo, estos actores han aprendido cómo aprovecharse del carácter impredecible de Trump para obtener concesiones. Contrarrestar esa estrategia requiere de mucha creatividad, pero primero hay que entenderla.
@maurimm