El 18 de julio marca el quinto aniversario del incendio que destruyó la histórica “Casa Roja” en Saltillo, un símbolo del patrimonio arquitectónico de principios del siglo XX, dejando un vacío en la comunidad
Este 18 de julio se cumplen cinco años desde que un voraz incendio destruyó el chalet “La Casa Roja”, una construcción emblemática de principios del siglo XX situada en el cruce de las calles Purcell y Ramos Arizpe, en el corazón de Saltillo.
En sus últimos años, esta histórica casa había sido un refugio para un colectivo de artistas y artesanos que buscaban un espacio digno para ofrecer sus productos en la capital del estado. Sin embargo, el fuego truncó sus sueños y dejó en cenizas una parte significativa del patrimonio cultural de la ciudad.
Carlos Recio, historiador local, recordó los románticos orígenes de esta casa, construida como un gesto de amor del propietario hacia su esposa extranjera, quien añoraba su hogar natal. “El constructor edificó la casa para su esposa, para que no extrañara su hogar. La levantó a principios de siglo, siendo muy moderna para la época, con un estilo afrancesado característico del porfiriato”, explicó Recio.
Este chalet, una de las primeras edificaciones de ladrillo en Saltillo, representaba una innovación arquitectónica. Antes, las construcciones de adobe se revestían con tabiques, pero esta casa fue erigida enteramente con ladrillo.
ESTILO PORFIRIANO
Sus dos características distintivas eran su arquitectura de más de una planta, reflejando el neoclasicismo y el estilo porfiriano, y sus techos de lámina.
El inmueble pasó a manos del exgobernador Ignacio Cepeda, quien, tras un desacuerdo con el presidente de la República de aquel entonces, sufrió un descrédito público y decidió terminar su vida. “La casa la compró el exgobernador Ignacio Cepeda, quien sufrió un disgusto con el presidente de la República de ese entonces. Le hicieron mala publicidad y decidió terminar su vida”, apuntó Recio.
El incendio de “La Casa Roja” no es un caso aislado en la historia de Saltillo. Otros edificios históricos han sido víctimas de las llamas y han necesitado ser reconstruidos. “Es una lástima que se haya destruido, con tantas desapariciones de edificios bellos e importantes en la ciudad. El mercado se quemó dos veces, en 1927 y 1952, y el Palacio de Gobierno en 1856, que duró ocho años en reconstrucción”, lamentó Recio.
La pérdida de “La Casa Roja” es un recordatorio doloroso de la fragilidad de nuestro patrimonio arquitectónico y de la importancia de preservar estas joyas históricas para las futuras generaciones.